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La Illa del Ekeko, patrimonio de las culturas vivas

En noviembre de 2014 Bolivia recuperó, luego de 156 años, la Illa del Ekeko, un patrimonio cultural consistente en una hermosa figura de piedra de la cultura ancestral Pukara de más de 2.000 años de antigüedad. La deidad de la abundancia, conocida como Ekeko, es la illa central de la fiesta de la “Alasita”, que en aimara significa cómprame, cuya característica principal es la venta de miniaturas con la finalidad ritual de que las mismas se conviertan en realidad.

El investigador y diplomático suizo Jakob von Tschudi, el año 1858 llegó a Tiwanaku y sustrajo la illa del Ekeko, embriagando a los lugareños con una botella de coñac, como él mismo detalló en su diario de viajes. Posteriormente, en 1929, el Museo Histórico de Berna – Suiza adquirió la deidad andina de los parientes del ciudadano europeo y estaba en una exposición llamada: “Indios- la diversidad de culturas en América”.

El año 2012 el gobierno boliviano solicitó oficialmente, por medio de la representación diplomática en Alemania y Suiza, la devolución de la illa del Ekeko por ser, no sólo un patrimonio cultural del pueblo boliviano, sino la deidad más importante para los pueblos indígenas de Los Andes. Además de haber sido sustraída del sitio arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El propio excanciller David Choquehuanca y varias autoridades viajaron hasta Berna para reclamar al Museo la devolución del Ekeko. También varios yatiris, amautas, guías espirituales y expertos bolivianos, hombres y mujeres, contribuyeron para lograr su retorno.

La devolución de la illa del Ekeko abrió las puertas para la recuperación y repatriación de patrimonios culturales bolivianos que se encuentran en diferentes museos y colecciones privadas del mundo. Sin embargo, hasta el momento en el país no se delineó una estrategia al respecto.

De todas maneras, se sigue visibilizando la importancia de la illa del Ekeko como parte de las culturas vivas. Hace unos días la deidad de la abundancia y alma de la festividad de la Alasita, tiene un espacio exclusivo en La Paz en el que se exhiben varias manifestaciones y los deseos en miniatura.

La “Casa del Ekeko” fue inaugurada por la empresa Mi Teleférico en el antiguo complejo de la ex Estación de Ferrocarriles de La Paz, que ahora es el Parque Cultural de la Madre Tierra. En las salas se exhiben distintas expresiones de la feria de la Alasita y deseos en miniatura, artesanías entregadas por coleccionistas y algunas elaboradas por internos penitenciarios.

También existe una exposición “viviente” en la que dos amautas, chacha-warmi, realizan un ritual para bendecir las miniaturas que las personas adquieren cada 24 de enero, cuando se inaugura oficialmente la Feria del Ekeko.

La Alasita es un rito prehispánico de las illas e ispallas, que eran deseos plasmados en miniaturas hechas de barro y la devoción al Ekeko. La misma perduró durante la colonia a pesar de la extirpación de idolatrías ejecutada por los españoles y actualmente se celebra todos los años, no solo en La Paz, sino en diferentes departamentos de Bolivia.

Es así que los objetos situados en muchos museos en el mundo pertenecen a culturas que fueron exterminadas. En cambio, en Bolivia, pertenecen a las “Culturas Vivas” representadas por los pueblos indígenas.

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