Los especialistas en conservación animal calificaron como la confiscación más grande del mundo en un solo cargamento el hallazgo en Singapur de 13 toneladas métricas de escamas de pangolín; una evidencia de cómo continúa el comercio ilegal del oso hormiguero escamado, que está en peligro de extinción.
Según una pubicación en el periódico The New York Times se cree que para ese cargamento se mataron a aproximadamente 36.000 pangolines, según Paul Thomson, funcionario del Pangolin Specialist Group, una organización que pertenece a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El grupo lo calificó como la mayor confiscación de escamas de pangolín en la historia.
“La noticia de esta confiscación sin precedentes es sumamente alarmante y destaca el hecho de que los pangolines enfrentan una crisis”, comentó Thomson acerca de la incautación, sucedida el pasado 3 de abril. “Si no detenemos el comercio ilegal de animales silvestres, los pangolines corren el riesgo de extinguirse”.
Se cree que los pangolines son los mamíferos con los que se trafica con mayor frecuencia en el mundo, pues se calcula que, en promedio, se cazan furtivamente unos trescientos pangolines cada día. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza declaró desde 2014 a las ocho especies de pangolines en peligro de extinción; dos especies están gravemente amenazadas.
Los especialistas mencionan que la defensa del pangolín contra sus depredadores lo ha hecho un blanco fácil para los cazadores, pues se enrosca:
Los funcionarios de aduanas de Singapur y el consejo de parques nacionales de ese país señalaron en un comunicado que las escamas, que habían sido enviadas desde Nigeria, tenían a Vietnam como destino. Ese país es el segundo mercado negro más lucrativo de escamas de pangolín, después de China.
Según una encuesta realizada por WildAid en 2015, muchas personas en Vietnam consideran la carne de pangolín un lujo que refleja estatus social y aporta beneficios para la salud.
En China, aproximadamente el 70 por ciento de las personas encuestadas por WildAid creían que el pangolín podía curar padecimientos que van desde el reumatismo hasta las enfermedades de la piel; los consumidores a menudo lo beben en vino o convertido en polvo como parte de algunas recetas de medicina tradicional china.
Las leyes internacionales prohíben el tráfico de todas las especies de pangolines y el uso de técnicas forenses, como tomar las huellas dactilares de los traficantes a partir de las escamas incautadas, buscan disuadir a los cazadores furtivos. Sin embargo, las confiscaciones recientes demuestran que el pangolín todavía es un animal muy traficado en todo el mundo.
De acuerdo con Traffic, un grupo conservacionista de la vida silvestre, en febrero también se incautaron 30 toneladas métricas de carne de pangolín en dos centros de procesamiento en Malasia. Ese mismo mes, las autoridades de Hong Kong interceptaron un cargamento con 8,3 toneladas métricas de escamas de pangolín y mil colmillos de elefante.
Cuando los funcionarios singapurenses interceptaron el cargamento de escamas de pangolín el 3 de abril, también encontraron cerca de 180 kilos de marfil tallado, señalaron los funcionarios.