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La combinación perfecta: pandemia y crisis socio económica en la Amazonía boliviana.

Repercusiones en la ciudad de Riberalta (1917-1920)*.

María del Pilar Gamarra Téllez / (Historiadora, CEPAAA-Portafolio Amazonía)

Entre 1917- 1919, la pandemia de la gripe española, conocida como fiebre española, catarro epidémico, influenza o “grippe”, alcanzó a la cuenca amazónica. En los estados brasileños   de Rondônia y Mato grosso y  en la región del Noroeste amazónico de Bolivia, colindante con Brasil, sobre todo en la provincia Vaca Díez del departamento del Beni, la temible enfermedad se expandió con celeridad. En ésta los productos de la explotación de hevea brasilensis (siringa) y castilloa ulei (caucho) se almacenaban por miles de kilos en los centros gomeros, las barracas, esperando un alza de precios de ésta materia prima y un receso en la difusión de la pandemia.

Los embarcos de goma elástica descendieron velozmente como efecto combinado de la Primera Guerra Mundial, 1914-1918 (restricciones a las exportaciones, Lista Negra de empresas vinculadas al comercio con Alemania), la gripe española  y la afluencia de la producción de las plantaciones del sudeste asiático. Desde 1913-1914 las exportaciones procedentes, sobre todo, del Archipiélago Malayo (Java Sumatra y Borneo) y Cochin China abarrotaron los requerimientos mundiales de las industrias consumidoras de “látex” en Europa y los Estados Unidos de Norteamérica. La oferta se acrecentó en 1918, firmado el armisticio de la guerra (11 de noviembre, Copiègne-Francia). Ya para 1919 el mercado de la goma elástica se viene a pique. En el Noroeste no  se vendía un solo kilogramo del producto. La crisis se generalizó de tal manera que la prensa de la época describiría la situación con estas palabras:

…la región se encontraba en un período de pauperismo y muy luego llegaría a la indigencia […] Estamos viviendo el peor de los desastres económicos[1].

A ésta situación económica se sumó la epidemia. Los reportes de prensa: El Eco del Beni, La Gaceta del Norte, El Comercio, El Censor  y  La Unión entre otros, encuentran la manera de transmitir a sus lectores noticias económicas, políticas y sociales. Sus ediciones hacen un seguimiento de las acciones bélicas de la guerra mundial y dan cuenta de los decesos diarios y las normas de bioseguridad a seguir. Declarada la pandemia, el semanario El Comercio, publicado en la ciudad de Riberalta (Beni-Bolivia), eje económico, político y social del Noroeste, especifica las que deben considerar y cumplir los pobladores. La similitud con las actuales normas de bioseguridad por la pandemia del COVID-19, como veremos seguidamente, no puede más que dejarnos perplejos.

Pero ¿cómo afrontó la población la crisis de salud, sumada a la económica? En estas páginas intentaremos mostrar la urgencia de políticas públicas para paliar la crisis (apoyo económico, emisión de bonos y acuerdos con Brasil) y la posición visionaria del empresariado gomero frente a la misma (búsqueda e otros productos, entre estos la almendra o castaña/bertholletia excelsa para su exportación). Así como la disciplinada respuesta de la población ante la grippe española y los instructivos de la Junta Municipal para contenerla, en una ciudad con condiciones de servicios e higiene y salubridad mucho mejores que otras y, me atrevo a decir, mejores aún que las actuales.

La ciudad de Riberalta en 1917-1920

Bella orquídea de las selvas del Noroeste de Bolivia […]que se pasa el día mirándose en el espejo del Manutata y cortejando al Beni[…]acariciada por el sol, mimada por la luna, galanteada por el céfiro, es la más galana de las ciudades del Este, Norte y Noroeste del país[2].

No podemos encontrar una mejor y más bella descripción de  Riberalta que la apuntada por Rogers Becerra (1984). La pequeña ciudad del Noroeste amazónico del país, ubicada en una meseta natural, 30 metros sobre el nivel del río (159 metros sobre el nivel del mar), se sitúa sobre el río Beni frente a la confluencia con el Madre de Dios, a 11°grados, 0´00” de latitud Sur; 66°, 4´00” de longitud Oeste del meridiano de Greenwich;  dinamiza la economía de exportación “no tradicional”; es decir no minera, más significativa de Bolivia, la goma elástica, a cuyo influjo se convierte en una ciudadela con adelantos de la tecnología de la modernidad europea en servicios y salud.[3].

Con una infraestructura pequeña, pero eficiente, dota de agua, luz a carburo, telégrafo y servicios de educación y salud a sus habitantes, entre los que encontramos varias nacionalidades, árabes, turcos, alemanes, suizos, italianos, españoles, franceses, norteamericanos, japonés, chinos y latinoamericanos.  Junto a estos pobladores inmigrantes, que refleja la atracción que ejerce para comerciantes, empresarios, aventureros y busca fortunas, la economía cauchera que se gesta en las entrañas de la cuenca amazónica boliviana, la población de las etnias amazónicas, engrosan el mosaico de la etnicidad y la pluriculturalidad. Característica inigualable en el resto del país, hasta bien entrado el siglo XX; hoy únicamente comparable con la dinámica  poblacional de la pujante capital oriental de Bolivia, la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

Las poblaciones indígenas, sobre todo de ascendencia Pano, Takana y Arawak, entre estos, Ese ejja, Araona, Cavineño, Pacaguara, Chácobo, le imprimen al Noroeste la cultura ancestral, la casi desaparecida identidad étnica amazónica. Herederos de los complejos civilizatorios, de los cuales se conoce poco o muy poco, cuyo hábitat alterado hace ya más de tres centurias, refuerzan y dan impulso al trabajo de recolección de “látex” de las siringas. Se asientan en las áreas rurales, ya sea en los espacios-territorios que definen el Noroeste, los casi un centenar de centros extractivos y productivos, las barracas gomeras o en sus propias malocas comunales[4].

Los meticulosos informes de la Honorable Junta Municipal de Riberalta de los años 1917,1918 y 1919, nos muestra el panorama de la vida cotidiana de sus pobladores en el trienio. En los mismos se consigna el listado de los impuestos generados para el Tesoro Municipal que pagan pulperías, tiendas de comercio, casas comerciales (importadoras y exportadores), hoteles, casinos, restaurant, boticas, farmacias, clubes, sastrerías, peluquerías, fábricas (agua, galletas, destilería de alcohol, etc.) y un Estanco de Tabacos. Variedad de comercio y sitios de entretenimiento[5] que confirman la dinámica poblacional, comercial, social y política de la ciudadela del Noroeste.

Comercio y servicios a cargo de japoneses  (al menos 30 súbditos declaran tener servicios) y comerciantes de distintas nacionalidades, además de poderosos empresarios y gerentes de Casas importadoras-exportadoras con agencia en Europa o los Estados Unidos de Norteamérica  que operan en el área urbana. Las más prestigiosas, la Casa Braillard, Alfredo W. Barber y Cía., R. Wichtendahl y Cía, Zeller Villinger y Cía., entre otras.  Filiales de empresas de navegación como Madeira Mamoré Raiway Company, Amazon River Steam Navegation Company Limited, hacen de la ciudad de Riberalta una de las más codiciadas ya sea para vivir al estilo y usanza europea o engrosar fortunas

La ciudadela cuenta un matadero público, denominado “Camal” (faenado de ganado vacuno para el consumo de carne), una terminal fluvial o puerto (donde atracan diariamente más de 30 embarcaciones a vapor, además de rudimentarias embarcaciones (canoas y callapos), un templo religioso en construcción (hoy la catedral de la ciudad) y un Teatro (instalado en el Hotel Continental), que pronto se convierte en el espacio del Cinema, es decir el biógrafo, ofertando más de 40 funciones anuales (1918).

La administración pública estatal, encabezada por la Delegación Nacional en el Territorio de Colonias del Noroeste (con sede en Cobija-Bahía, actual departamento de Pando), funciona en Riberalta, oficialmente hasta 1915, pero en la realidad sigue operando en la ciudad, igual que el Vicariato Apostólico de la iglesia católica. La presencia de una Guarnición de Frontera  y un cuerpo de Policía local, además de un Juzgado de Partido,  Alcalde Parroquial y la Junta Municipal dan la imagen de la gestión pública estatal y municipal del período. Las aduanas colectoras de impuestos a las importaciones y exportaciones se ubican en las poblaciones satélites de la capital provincial de Vaca Díez,  Villa Bella y en la ciudad de Cobija (70% de ingresos  por exportación de gomas al Tesoro Nacional).

La única agencia de banco que funciona en la ciudad es la del Banco de la Nación Boliviana. Las casas comerciales y la poderosa empresa cauchera/siringalista, Casa Suárez, operan como banca, financiando las actividades comerciales y empresariales a través de giros, letras y pagarés contra bancos ingleses, Banco de Londres, u otros con oficinas en Manaos y Pará (Brasil) como el Banco del Río de la Plata[6].

El servicio de correos,  a cargo del estado, recibe y despacha correspondencia local,  nacional e internacional, conectando a la región con países como Inglaterra, España, Francia, Argentina, Brasil Perú, Chile y los Estados Unidos de Norteamérica y con anterioridad a Alemania (que a partir de 1918 no figura por el conflicto armado y las restricciones de las potencias aliadas). La limpieza de los ríos y la presencia de un astillero Naval (a cargo de Benjamín Bowles), impulsan las actividades de la navegación, la más significativa de la región en ausencia de una vía férrea y caminos carreteros de largas distancia, salvo el corto tramo Riberalta-Guayaramerín (89 km de tierra), que se amplía en éste período. Las dificultades de los cruces por ríos y arroyos entorpece el flujo en las precarias rutas rurales del período[7].

Por su parte, la necesidad de emitir convenios y transacciones empresariales con fábricas y compañías de los países consumidores de gomas elásticas, a los que el Noroeste amazónico provee, hace necesaria la presencia de la gestión diplomática. Al menos siete legaciones consulares funcionan en el período. Establecidos en medio de miles de miles de kilómetros de selva, serpenteados por numerosos ríos confirman la importancia del emplazamiento de la actividad gomera en el Noroeste. Así tenemos el consulado del Reino de España a cargo de su súbdito Don Raimundo de Ávila; legación diplomática que ya fue establecida en 1912 con un viceconsulado. El viceconsulado inglés, que en 1917 anuncia, la llegada de Mr. George Lyall, primer Vicecónsul designado por el gobierno inglés, en representación de su Majestad Jorge V, Rey de la Gran Bretaña y Emperador de las Indias, cuya activa participación definirá las restricciones para las exportaciones de gomas elástica a Europa y Estaos Unidos de Norteamérica, causada por el conflicto bélico.

De igual manera se tiene un agente consular de la República francesa y el representante de la Legación diplomática alemana (rotas las relaciones con Bolivia, la noticia se conoció en Riberalta mediante un radiograma, fechado el 21 de abril de 1917). Mientras que las repúblicas vecinas como Perú y Colombia acreditan sus representaciones designando a intelectuales y hombres de negocios de la época como cónsules o vicecónsules. En 1918, el abogado y periodista Plácido Molina M. es designado cónsul de Colombia con residencia es la ciudad de Riberalta.

La educación, escolar se imparte en la “Escuela Sucre” y la “Escuela Bolívar” con ocho preceptores, cuyos gastos de remuneración y mantenimientos de las edificaciones corren por cuenta de la Junta Municipal. La educación superior y universitaria, la realizan quienes tienen los medios para hacerlo en Inglaterra, Francia o Barbados; es decir la élite de la sociedad del Noroeste. Mientras que, en los establecimientos gomeras la enseñanza corre por cuenta de los concesionarios barraqueros. A la misma acceden los hijos de siringueros y administradores de éstos.

Una presencia significativa de profesionales, entre estos ilustres abogados e intelectuales de la época[8] conforman conjuntamente con médicos y alguno que otro poderoso comerciante, los cuadros políticos para las candidaturas nacionales y locales. En pleno dominio del Partido Liberal, en poder del Ejecutivo de gobierno desde 1899, la contienda electoral provincial es muy reñida. En los comicios a realizarse para la constitución del Ejecutivo en el período 1917-1921, se estimó que la Provincia Vaca Díez con sus dos secciones provinciales (Guayaramerín y Villa Bella), podría lograr un mínimo de 1800 sufragios. El reducido número de sufragistas indica que la población nacional es casi comparable a la extranjera, tomando en cuenta además que los adultos analfabetos y las mujeres no acceden al voto.

Producto de la pujanza económica del quinquenio anterior (1910-1914)[9], en el trienio (1917-1919) se aceleran  las mejoras urbanas. Embaldosado de cuatro avenidas circulares de la plaza, principal, “6 de Agosto” (anchura de cuatro metros, con ladrillos unidos con cemento romano), pérgola en la plaza principal (que luego servirá para las tradicionales retretas dominicales, amenizada por banda de músicos), todo acompañado de limpieza de calles principales. Varios vecinos y empresas comerciales apoyaron a la mejora del ornato público. Como era de esperar, la poderosa empresa cauchera/siringalista del período, la Casa Suárez Hermanos, propietaria de varios predios en la ciudad, enladrillo centenares de metros de veredas, sobre la calle principal de la plaza y otros 70 sobre la plaza y la calle René Moreno, dando una nueva imagen del barrio central de la ciudad.

El crecimiento poblacional de la ciudad obligó a la Junta Municipal a reconfigurar el radio urbano en 1917, sobre la base del plano elaborado en 1908, así como a realizar un nuevo catastro. La instructiva para la presentación de la documentación de los predios urbanos se hizo pública el 28 de mayo de 1917.  En la prensa se indica que se mantiene el radio mayor de la ciudad, durante el quinquenio 1917 a 1922, en la extensión de seis kilómetros alrededor de la plaza central “6 de Agosto”.

Población rutilante, “cambacracia engalanada y rica”, como la llamara Rogers Becerra (1990)[10]que nutría sus bolsillos con libras esterlinas que goteaban de las exportaciones de caucho, como el látex de la siringa y que enfrentó la pérdida de familiares y amigos por la pandemia.

La crisis sanitaria y la pandemia de la gripe española

Médicos como el Dr. H. Osaki (especializado en las facultades de Tokio, Berlín y Kanazawa en cirugías de urgencia) Ricardo Caspery, Gustavo Gonzales, Juan T. Ascher y Federico K. Fernholz; además de los farmacéuticos Traug, Schelling, Francisco Chagas e Ignacio Coímbra, afrontan la enfermedad con normas de salubridad y cuarentenas. Las recetas de la farmacología ortodoxa occidental se combinan con la medicina natural. Los chamanes aportan sus experiencias, olvidadas o impenetrables a la cultura occidental criolla, con anterioridad. La salud dental no se descuida. En 1918, se anuncia la llega del Dr. Jorge Jung, “acreditado y hábil cirujano dentista”; pero además ya se cuenta con los servicios del Dr. Guillermo Weise (hijo) otro cirujano dentista de renombre.

Las defunciones, apuntadas por trimestre como “mortalidad”, destacan los decesos por enfermedades consideradas endémicas: malaria, tuberculosis y fiebre palúdica. De igual manera, se registran las acaecidas por  pulmonías, bronco neumonías e inclusive tisis. De un total de 84 fallecidos en 1917[11] la mayoría padecieron enfermedades endémicas. En 1918 en el primer trimestre registró el deceso de 34 personas, añadiéndose a las anteriores causas, la anemia y la meningitis. En el segundo llegaron a 28. Aún no se registran datos de los decesos causados por la gripe española.

En el mes de octubre de 1918,  se propaga la noticia de que “la gripe hace estragos en España y ya ha invadido Argentina y Brasil”, ocasionando numerosas víctimas. En Río de Janeiro, fallecen “varios facultativos” e inclusive el presidente electo Dr. Rodríguez Alvez ha contraído la enfermedad. Dada la alerta, en el vecino país, el cónsul de Bolivia en Belem do Para, Dr. Adolfo Días Romero, telegrafía a la subprefectura de la provincia Vaca Díez señalando que la gripe ya se presentó en esa ciudad y, por tanto, el puesto aduanero de la villa de Villa Bella, así como la ciudad de Riberalta deben tomar precauciones en la “recepción de pasajero y de la carga”.

La autoridad consular indica que con urgencia “se constituyan comisiones de sanidad, para la respectiva desinfección o para adoptar la cuarentena[12]. La prensa local da a conocer los antecedentes de la pandemia, remontándose las primeras noticias al año 412 a.C., descrita por los historiadores Hipócrates y Livio. Aunque la sintomatología de la enfermedad se conoce ya en 1510, es durante el siglo XIX que se registran cuatro grande epidemias (1830-1832, 1836-1837, 1847-1848 y la última 1899-1900). La propagación es muy rápida y su duración es, generalmente, de 6 a 8 semanas.

Según el mismo semanario, los síntomas se manifiestan con:

El primer ataque abrupto con fiebre y otros síntomas. La persona puede sentirse bien y luego, muy rápidamente, aparecen dolores de cabeza, cuerpo y malestar general, sentir de repente vértigo y caer desmayado. A ello se suma, fiebre, tirantes de garganta y nariz acompañado de una tos seca. El segundo día, la enfermedad se agrava, vienen deseos de dormir. El apetito se pierde. El tercer día […] continúa una tos molestosa, con dolores de espalda. La convalecencia principia al quinto día y en la mayoría de los casos el enfermo precisa una  o dos semanas para recuperarse[13].

Hacia finales de 1918, se ofrece la vacuna contra la gripe española a los dueños de las barracas, indicando que sólo tienen que solicitar el número que requieran[14]. Si bien, no se menciona en la prensa es de suponer que la vacunación ya se ha hecho efectiva en las áreas urbanas del Noroeste. Con todo, las recomendaciones y el tratamiento para la enfermedad se hicieron públicas.

Preservativos. “está comprobado el carácter contagioso de la enfermedad, cuya fuente principal de este contagio, es la secreción de las vías respiratorias […] Los niños atacados no deben frecuentar las escuelas o cualquier otro centro de reunión. Toda clase de fiesta o reunión debe ser prohibida […] toda persona atacada se debe hacer comprender que su esputo es un peligro para los demás […] Toda persona enferma debe dormir sola. Tratamiento. Todo caso debe ser considerado como grave.  Recortarse en la cama, cobertor entibiado, botella de agua caliente en los pies […] administrar limonada caliente […] la alimentación debe ser liviana y de fácil digestión […] purgante suave como phosfato de soda […] Las drogas tienen poco valor para esta enfermedad. En Europa ha sido empleada la quinina (empleada contra la malaria), pero sin resultados favorables. La convalecencia exige el más grande cuidado, aire fresco, comida nutritiva y tónicos… [15]

Se informa que su  origen se atribuía inicialmente al bacilo de Pleiffer, otros al pneumococo; algunos al bacilo-cataralisis. A criterio del articulista, sin embargo el agente infeccioso “puede ser un microbio distinto, aún no determinado. De igual manera, se menciona que la propagación es veloz, así se ha expandido en Europa en Inglaterra, Suiza y Alemania; mientras que en Francia no se ha presentado. Para conocimiento de la población se sugiere alguna medicación, entre estas:

La quinina y la aspirina […] atenúan las fiebres y los dolores. Los gargarismos de agua boricada, las pomadas de mentol y de eucalipto en la nariz, aceleran la desinfección de las vías respiratorias. Un purgante un revulsivo en la espalda y los expectorantes clásicos contribuirán a la sanidad[16].

La Junta Municipal de Riberalta, extrema esfuerzos para contener la enfermedad, dirige un telegrama al cónsul de Bolivia en Manaos, Dr. Roberto Téllez y, solicita información para prevenir y combatir la misma. La respuesta se da el 12 de noviembre de 1918 vía cablegráfica. En Riberalta se conoce el día 21. El diplomático responde que en la ciudad de Manaos se han dado dieciséis decesos y 10.000 enfermos. Las recomendaciones profilácticas y  curativas son:

Preventivos: tener garganta y nariz siempre desinfectada. Desinfectar vapores y cargas, sobre todo correspondencia, aislar enfermos. Curativos: sudoríficos, treinta centímetros de  calomelano y una hora después limonada magnesia, repetir hasta completar curación. Evitar recaídas siempre fatales.

Aún con todas las precauciones para evitar la propagación de la enfermedad en Brasil, tanto en Porto Velho como Manaos, la salida del Vapor Inca desde Manaos con destino a Porto Velho, viola la cuarentena en el vecino país y obliga a las autoridades municipales bolivianas a decretar la cuarentena en Villa Bella y Guayaramerín. Para finales de 1918, el cierre de ambos puertos imposibilitó la recepción del correo, así como el ingreso de carga y pasajeros desde Villa Murtinho-Brasil (terminal del FFCC. Madera-Mamoré) a Villa Bella-Bolivia. Corría el mes de diciembre y en fecha 8 del mismo mes, la presión de la pandemia a la salud de los pobladores, pero además, al flujo cotidiano del comercio se iniciaba en el Noroeste. La Junta Municipal de Riberalta solicita al gobierno la asignación de dineros para combatir la pandemia.

Los instructivos dados como consejos médicos e higiénicos se dan a conocer muy pronto. Así para la desinfección se recomienda emplear lysol y creolina, quemar espliego y alquitrán en los aposentos, como preservativos, beber café con gotas de limón y diariamente ingerir 5 centigramos de quinina. Así como evitar el frío, la humedad y los vientos. Pese a los instructivos y especial cuidado de la población, la comisión de Sanidad de la Provincia Vaca Díez, instruye que la Honorable Junta Municipal dictamine una ordenanza, dado que ya se había establecido la presencia de la influenza en la provincia y se conoce que el contagio se da en forma directa del enfermo a otra persona y su propagación proviene de la concentración de muchas personas en el mismo lugar. La misma sale a la luz pública el 4 de enero de 1919 (ocho artículos). Resaltamos su contenido, sobre todo por la similitud con la pandemia del COVID-19, como señalamos al inicio de estas páginas.

Artículo 1°. – Queda prohibida hasta nueva orden todas las funciones teatrales, cinemas, conciertos, bailes, velorios, reuniones políticas ó (sic) de cualquier otro género y la concurrencia de oyentes á (sic) misas ó (sic) festividades religiosas.

Artículo 2°.- Se recomienda como preservativos mucho aseo de la garganta con antisépticos […] clorato de potasa, alumbre, ácido bórico, permanganato de potasa […] resorsina y baselina (sic) […] para uso interno Arrehenal.

Artículo 3°.-…suspender toda visita á (sic) los enfermos atacados ó (sic) sospechosos de la influenza […] tener al enfermo aislado de otras personas […].

Artículo 5°.-Todos los útiles usados por un enfermo deben ser desinfectados […] en cuánto a la ropa […] propagando el microbio, deben ser quemados ó (sic) desinfectados en igual forma si la ha de usar después el mismo enfermo.

Artículo 6°.-Propagándose el bacilo microbio contagioso por vía directa de persona a persona, los encargados de los enfermos evitarán acercarse a él […]recomendándose la desinfección de las habitaciones […] las basinicas (sic) de su uso y aislamiento en cuarto separado…

Artículo 7°.-Se autoriza a los miembros de la Comisión de Sanidad á (sic) practicar visitas domiciliarias para velar el cumplimiento […] levarán el distintivo de una cruz roja […] sin perjuicio de las que puede practicar la Comisión de Policía…

Artículo 8°.- Las Policías Municipales y de seguridad, quedan encargadas de la ejecución y cumplimiento de la presente Ordenanza, aplicando en su caso la multa que autoriza la Ley Orgánica de Municipalidades.

Es dado en el Salón Consistorial de Riberalta, á (sic) cuatro días del mes de enero del año 1919.[17]

Para una pronta atención a los enfermos la Junta de Sanidad dispuso habilitar el pabellón nuevo del Hospital militar[18].

Es de destacar que la Junta instruye al Tesorero de la Junta de Sanidad (Tte. Coronel Arturo Núñez del Prado) la entrega de medicinas gratuitas a enfermos pobres. Atención que debe realizarse previa presentación de una boleta emitida por los médicos de la Junta de Sanidad y Comisión de Policía Municipal.

Los consejos y el control médico se intensifican. Pese a ello, los enfermos se incrementan diariamente. Entre estos empleados extranjeros y muchos bolivianos[19], así como las esposas de estos poderosos comerciantes y aún sus hijos. Otras personas de las que no se tienen registros, además de “un gran número de sirvientes, mozos y japoneses”. La prensa apunta que pocos casos han sido fatales. Aunque la gripe aumentaba en proporción, “hallándose casi total soldados atacados inclusive Cirujano”[20].

Para finales de enero, la epidemia alcanza números extraordinarios en los contagios. Se estima que los infectados pasan del millar y hay casas en las que todos padecen la enfermedad. En tanto los muertos ya pasan de cincuenta.  En marzo de 1919 se  establece la primera estadística de los decesos por la epidemia de la grippe, llegando a totalizar a 65 el número de las víctimas (24 menores y 41 mayores)[21]. De un total de 2.500 habitantes se estima que el 90% contrajo la enfermedad. Si esto ocurre en las áreas urbanas, debió suceder lo mismo en las rurales. Lamentablemente no tenemos información sobre la crisis epidemiológica en las barracas gomeras y las poblaciones siringueras  e indígenas de las áreas rurales. La excepción, se da por la información de la barraca gomera “Concepción”, de propiedad de Suárez Hermanos, de cuyo total de habitantes (240) fallecen 18 personas[22].

El apoyo económico del estado llega muy atrasado. Declarada ya la crisis se comunica que la subprefectura recibe la “oferta” de Bs. 5000 para atender la “grippe” en Riberalta y que el monto se remitirá en febrero. Sin embargo, en ese mes se da a conocer el informe de la Junta de Sanidad (Dr. Dagoberto Antelo, Dr. Jesús Lijerón, Teniente Coronel Arturo Núñez del Prado y el Dr. Ricardo Caspary (médico), con noticias alentadoras. En la misma, el Dr. Caspary informa que a la fecha la enfermedad se ha desarrollado en varias personas en forma muy benigna y que los pacientes se encuentran en completa mejoría. Es decir, el apoyo del estado llega después del deceso de más de 60 personas y cuando la ola de la enfermedad prácticamente  ha cesado.

La imagen de la presencia del estado en la atención a sus ciudadanos, deja mucho que comentar. La efectividad de la administración pública en el Territorio de Colonias del Noroeste es sólo de corte fiscal. Asignar a la ciudad de Riberalta la suma de Bs. 5000 para afrontar la crisis sanitaria, es irrisoria, considerando que sólo la aduana de Villa Bella, anexada como segunda sección a la provincia Vaca Díez, reportaba las recaudaciones por la economía gomera que se gestaba en el Noroeste, de la cual Riberalta es su eje articulador, sumas que oscilaron entre quinientos mil y el millón de bolivianos, llegando al millón y medio en 1909[23]. Los comentarios sobran al respecto.

 Relacionando la pandemia del COVID-19, y la gripe española del siglo XX, solamente cabe preguntarse ¿Será que las autoridades bolivianas del siglo XXI, siguen el camino de sus predecesores? Un análisis contemporáneo sobre esta última pandemia nos dará la imagen precisa de la situación en pleno siglo XXI.

Crisis económica en el Noroeste, soluciones de corto plazo.

A la crisis sanitaria se suman dos componentes socioeconómicos. Por una parte, la ley de tierras de 1915 (consolidación de las posesiones gumíferas), cuyo plazo fenece el 31 de diciembre de 1917). Caducidad que a criterio de  la Cámara de Comercio, perturbaría la “agonizante industria regional, trayendo una amenaza […] sobre la cabeza de los industriales que soportan lucha desesperada con la crisis y con la consecuencias desastrosas de la guerra”. Aspecto que causó la remisión de un Memorial al Ministerio de Colonias[24]. Por otra, las restricciones del Vice-consulado británico, alcanzaban a las exportaciones e importaciones, noticia que fue dada a conocer en Riberalta en noviembre de 1917 por la misma legación diplomática, al enviar una circular a los exportadores donde se indica que:

[…] por Ley del Gobierno Británico, llamado “The Trading with the enemy (Extensión of  Powers, Act, 1915), es necesario para la exportación de goma al extranjero tener un “Certificate of Interest” (certificado de interés) declarando que ninguna persona enemiga o con quien estén prohibidas las transacciones comerciales,  de acuerdo con la Statutory List  (Lista negra), tiene interés alguna en la goma que se exporta […]este decreto refiere a toda la exportación de goma boliviana […] directa para la Gran Bretaña y las colonias inglesas […][25].

A esto se suma la Ley del Gobierno de los Estados Unidos de 17 de agosto de 1917, que prohíbe las transacciones comerciales con casas alemanas y sus intermediarios, bajo pena que se confisquen las cargas en el canal de Panamá. La misma prohíbe las relaciones comerciales con este país si se incurre en negocios con Alemania o sus aliados. La Ley se da a conocer, en una traducción completa de sus incisos, en la prensa local de Riberalta (22 de enero de 1918)[26].

La presión de estas determinaciones debió ser tal que la prensa de Riberalta, difundió un comentario titulado: La lista negra y los procedimientos investigatorios, en el que  se menciona las consecuencias del despliegue de agentes consulares y diplomáticos de la Gran Bretaña que tenían como objetivo “inquirir” el desenvolvimiento de los diversos negocios y seguir los pasos de los comerciantes. La acción fue vista no sólo como una medida “inconsulta e imprudente”, “depresiva de la dignidad nacional”, sino que la misma acarreaba incertidumbre e intranquilidad y graves perjuicio, minando la base de la estabilidad del comercio[27]. Los reclamos y comentarios continuaron. Así, se indica que los exportadores bolivianos no tienen libertad para el despacho de sus cargamentos, pues las restricciones eran el pretexto para rechazar los embarcos. Los mismos industriales acotan que se había implantado un “odioso monopolio” a favor de firmas o súbditos británicos[28].

Las particularidades del mercado mundial de goma elástica, así como los precios alcanzados por el producto se conocen en Riberalta mediante la difusión de dos informes. Uno “Tomado del folleto publicado por la Swiss Bank Corporation, sobre el movimiento financiero y comercial de 1917” y el otro, transcribe lo consignado por la “Asamblea general ordinaria de la Asociación de Plantadores de Goma (Incorporada) que tuvo lugar el viernes 24 de mayo de 1918 en el Cannon- Street Hotel, bajo la presidencia de Sir Edward Gosling)[29].

Hasta 1917-1918, la crisis en el mercado de gomas elástica no se da precisamente por los precios, aunque también incidieron, sino básicamente por los recortes en los volúmenes comprados tanto por Gran Bretaña como por  los Estados Unidos de Norteamérica. Pese a las dificultades de la guerra, el mercado presento alguna estabilidad en los precios. La cotización del caucho y las siringas en el mercado internacional se conocen con celeridad, vía cablegráfica.  En 1917 el máximo para la “Standart  Crepe”, fue de 3 chelines con 5 peniques/libra (433 gramos), alcanzado en febrero de 1917, y el mínimo  2/2 durante la primera semana de diciembre. El precio medio para el año se determinó en 2.9, 1.2, comparado con el año 1916, cuyo precio promedio fue de 2.10 1.4; es decir, el primero sólo fue ligeramente inferior al del año 1917[30].

Así, la crisis de la goma elástica en la cuenca amazónica se debe al incremento de la oferta al mercado consumidor (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos de Norteamérica) del producto procedente de las plantaciones y la consecuente baja del consumo que proviene de goma silvestre.

Producción de goma elástica 1909-1917

AñoPlantaciónBrasilResto*Total
19093,60042,00024,00069,600
1915107,86737,22013,615158,702
1917216,00037,00013,000266,000
     

*En el “resto se computa la de procedencia boliviana, colombiana, peruana e inclusive algunas zonas de África.

Fuente: Folleto publicado por el Swiss Bank Corporation (1917) en, El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, noviembre 30 de 1918, N°105, pág.2 (246)

Las cifras son elocuentes, las plantaciones copaban el mercado internacional de goma elástica.

En 1917, el principal consumidor,  Estados Unidos de Norteamérica absorbe el 61% de la producción mundial (180 mil toneladas, consumo motivado por la bonanza económica y el desarrollo de la industria automovilística en el país), en tanto que,  Inglaterra tan sólo adquiere el 10% de la producción mundial. La crisis del transporte (debido al conflicto bélico)  obliga a solicitar a los plantadores que restrinjan para el año 1918 su cosecha al 80% de lo recogido en 1917 (se calculó que podrían recogerse 310 mil toneladas). A ello se suma la reducción del consumo de los Estados Unidos de Norteamérica (25 mil toneladas trimestrales, 100 mil anuales). La crisis se extendía a los plantadores, especialmente en las colonias inglesas. En el extremo Oriente las inversiones por diversas compañías inglesas arrojan la suma de 75 millones de libras esterlinas  y hasta antes de la crisis  redituaban dividendos del 20% anual[31].

¿Qué ocurría en la ciudad de Riberalta?  La crisis  económica mundial se conoce con precisión y las noticias difundidas por la prensa proceden de fuentes serías y fidedignas.

Los industriales del Noroeste reclaman ante las restricciones, ahora debido a que los embarcos de goma elástica sólo los realizará Brasil. Indican que los efectos del estancamiento se ha notado tanto que las condiciones económicas de la zona han empeorado en forma alarmante y de continuar se paralizarán los negocios. Ante la situación, la Cámara de Comercio de Riberalta, solicitó al gobierno la suma de 100 mil bolivianos (mensuales) para que el estado compre goma elástica, con la finalidad de proteger a la industria “agonizante”. Poco después indican que se requieren del estado 500 mil para comprar el producto en el Beni y el Abuná[32].

De igual manera se propone la emisión de bonos del Estado (500 mil bolivianos), destinado al pago de las deudas de la Delegación Nacional, contraídas en las gestiones 1913 y 1914, suplidos por el comercio y los particulares al mismo estado. Se propone  que la garantía  de los bonos emitidos sean las rentas nacionales, especialmente de  las aduanas de  Villa Bella, Manoa y Cobija[33].

Ya en n 1918, los exportadores bolivianos solicitan al gobierno que tome acuerdos con el Gobierno Federal de Brasil, para que viabilice los envíos de goma elástica procedente de Bolivia. De igual manera, piden que se solicite a los Estados Unidos de Norteamérica permisos de exportación por el total anual de la producción (2,500 toneladas que conforman los despachos de Guayaramerín, Villa Bella,  Cobija y Manoa), pues el mercado de New York es el único para la goma procedente de Sud América. Acotan “no nos resignamos a presenciar el desamparo de la clase industrial a quien tanto le debe el país y las arcas nacionales”. Apuntan que, en contraste con Bolivia, Brasil ha tomado determinaciones como que el “Banco Del Brasil ha votado tres millones de libras esterlinas, anticipando hasta el 50% de las ventas al exterior”, política “protectora” que ha ocasionado que las gomas bolivianas del Acre y Abuná eludan la fiscalización y salgan como brasileñas” [34] ; es decir que los industriales se vieron obligados al contrabando. La prensa, justifica la acción indicando que la razón es que el gobierno brasileño emite los certificados para la exportación[35].

Pese a ello, ya en marzo de 1919 se conoce que las gomas en los mercados extranjeros se cotiza en 1 chelín 10 peniques; “precio nunca visto por lo bajo”[36]. El gobierno boliviano se vio obligado a exonerar a los industriales el cobro por derechos de exportación.

Los industriales gomeros del Noroeste pronto encontraron el producto estrella actual, la castaña, almendra (bertholletia excelsa). Desde 1917, ya se habían enviado muestras en cascara del producto. La pionera Casa Suárez, había movilizado sus conexiones comerciales con Europa y Estados Unidos, enviando muestras en cáscara para difundirlo. Recomendaba a los otros industriales que pensarán en la nuez como un sustituto momentáneo de la goma elástica. De igual manera, un artículo de la prensa, indicaba la “necesidad de desarrollar la industria de almendras”, mencionando que en el Amazonas ya era una industria de suma importancia. Así, su explotación fue vista como un “alivio a la crisis”[37].  

En este contexto, nuevamente, los ingleses estaban involucrados en la naciente industria. En febrero de 1919, el Vicecónsul británico en Riberalta hace público un texto conteniendo información sobre el Estado de la Industria en el Departamento del Beni, (traducción de un artículo publicado en “The board Of trade journal, de Inglaterra con fecha 18 de julio de 1818). Los exportadores vieron las probabilidades de un nuevo negocio con los comerciantes ingleses. En 1919, La Casa Suárez informaba que se estaba recolectando la nuez en su establecimiento “Yata” y enviaría unos 20 mil kg a Europa o los Estados Unidos[38]. Los gomeros se movilizaron ingresando paulatinamente, a partir de 1920-1930, en el mercado mundial de esta nuez, abundante en los bosques tropicales del Amazonas, sobre todo en Bolivia.

En la actualidad “la castaña ocupa el segundo lugar en valor de las exportaciones agroindustriales, después de la soya”. El año 2001 el valor total de las exportaciones llegó a 27 millones de dólares y para el 2016 estas sobrepasaban los 119 millones[39]. Desde ese período Bolivia ocupa el primer lugar en exportaciones de la nuez amazónica. Cómo ocurrió con la goma elástica hasta la década de 1920, desde el año 2010 Gran Bretaña y Estados Unidos son los principales compradores del producto (33% y 28% respectivamente).

Las medidas a corto plazo, para paliar la crisis económica local y regional, se verificaron entre 1917 y 1920, sumadas a la búsqueda de otros productos abundantes en los bosques amazónicos como la zarzaparrilla, la balata, el chicle entre otros y, como acabamos de mencionar, la castaña/almendra. Inclusive se pensó e en la reactivación de la explotación de quinales para paliar la crisis, la llamaron “la resurrección de una industria”.

Con todo, los efectos de la guerra mundial, aunada a la crisis sanitaria debido a la proliferación de enfermos contagiados con la “grippe española”, se hicieron sentir con rigor. A finales ya de 1918, declarada la pandemia, los artículos de primera necesidad comenzaron a escasear, entre estos alimentos como la harina de trigo y el azúcar, tanto en Manaos-Brasil como en Villa Bella-Bolivia y en Riberalta tampoco sobra.

Riberalta, Amazonía-Mojos Beni

(El Comercio, Año II, Riberalta, Beni-Bolivia, octubre 21 de 1917 (ilustración).


* Los reportes de prensa aquí trabajados provienen en su totalidad del Semanario, El Comercio, publicado en Riberalta entre los años 1917-1919. En este trabajo hemos realizado un seguimiento a las noticias impartidas en éste órgano de prensa, por tanto, queda con certeza mucho más por explorar del tema.

[1] La Gaceta del Norte, Riberalta 5 de octubre de 1922 (citado en María del Pilar Gamarra Téllez, El Desarrollo Autónomo de la Amazonía boliviana. Procesos socioeconómicos en la Frontera Pionera (1860-2002), (La Paz, Centro de Estudios para la América Andina y Amazónica (CEPAAA),  2012) 81.

[2] Rogers Becerra Casanova, El imperio del Caucho. Perfil del Noroeste boliviano (Trinidad Imprenta y Librería Renovación 1984) 85.

[3] En una nota de la correspondencia de F. Duerr al Boletín de la Unión Pan Americana, se menciona: “Después de Manaos, no existe ningún lugar en todo el trayecto que pueda compararse con Riberalta.  Debido a su posición (se refiere a la geográfica) y á (sic) la gran atención que, sus habitantes dedican a la salubridad pública…” (La aclaración es nuestra). De “El Noroeste de Cobija”, en El Comercio, Año I, Riberalta, Beni Bolivia, marzo 18 de 1917, N° 40, pág.1 (19).

[4] En 1846, la población indígena en el departamento del Beni & Colonias (es decir del Noroeste) se estimó en 46,859 habitantes  representando el 96,80% de un total de 48,406 habitantes (José María Dalence, Bosquejo estadístico de Bolivia, Chuquisaca 1851, cit., en  Erwin P. Grieshaber,  Situaciones en la definición del Indio: Comparación de los Censos de 1900-1950, en HISTORIA BOLIVIANA V/I-2, Cochabamba (1985) 65. Para 1900, la misma ascendió a 13,634 habitantes; es decir el 41,43% del total de 32,908 habitantes del departamento y el Territorio de Colonias. Cifras que hay que tomar con mucho cuidado, pues  como señala Grieshaber (1985), los datos del  Censo de 1900 estaban basados en una concepción del indígena tributario; es decir dejaba fuera a los no-tributarios (Ob. cit., 1985:58). Como en el país la población indígena amazónica (de Colonias) no era considerada como parte constitutiva de la sociedad decimonónica, eran los “salvajes”, antropófagos” o “bárbaros, quedó fuera del Censo.

[5]  Se reportan más de 30 tiendas o pulperías, 15 casas comerciales, 15 tiendas de ventas al por menor, 2 hoteles, 3 casinos, 8 restaurants, 4 casas de pensiones, 5 heladerías (de propiedad de japoneses), 8 sastrerías, empresas de carpinterías (Arnold & Cía.) y carpinteros particulares. Además de 2 boticas, 4 farmacias, 10 billares, 3 palitroques, 2  clubes (entre estos el de más prestigioso, el Club Alemán) y cantinas, además de 2 casinos. Junto a estas 8 fábricas de cigarrillo (también en manos de japoneses), de tejas y ladrillos, de hielo, dos de agua gaseosa, de galletas y confites (cuyo propietario es un chino de nombre Achu) 3 panaderías (que ofertan panadería italiana y francesa),  2 fábricas de destilación de alcohol, 3 lavanderías, entre otros.

[6] María del Pilar Gamarra Téllez,  Amazonía Norte de Bolivia Economía Gomera 1870-1940. Las bases económicas de un poder regional. La Casa Suárez, (La Paz, Colegio Nacional de Historiadores de Bolivia, Producciones CIMA Editores, 2007) 391.

[7] En el período se refaccionaron y ampliaron los caminos de Ixiamas-Heath (225 km), ampliándose desde el Heath a Florida (40 km), además de los de San Antonio del Beni al Carmen del Madre de Dios (153 km, con 20 puentes), Riberalta -Caracoles (21 km, 9 puentes) Caracoles-l Fortín Pacahuaras (54 ½ km, 17 puentes) (El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, noviembre 25 de 1918, N°184, pág.3 (243).

[8]  Entre estos encontramos a: Feliciano Antelo (Presidente de la Juna Municipal que falleció justamente por el ataque de la gripe), Abelardo Zabala, Plácido Molina M. (Editor del semanario El Comercio), Ángel Velarde, Napoleón Rivero, Julio Salinas M., Medardo Chávez S (rediente en Cobija) y Gregorio Balcázar.

[9] El boom de las exportaciones de gomas elásticas en Bolivia se produjo entre 1890-1910, durante el primer ciclo exportador de ésta materia prima, con más de 5000 toneladas anuales.  Entre 1906 y 1910, las exportaciones de las aduanas ubicadas en el Norte Amazónico: Villa Bella y Cobija (Bahía), representan el 70% del total nacional con 8.900 toneladas (María del Pilar Gamarra Téllez, El Desarrollo Autónomo de la Amazonía boliviana. Procesos socioeconómicos en la frontera pionera (1860-2002), La Paz,  CEPAAA/La Pesada Ediciones, 2012) 309-311.

[10] Rogers Becerra Casanovas, “Cambacria endomingada y Rica”, manuscrito, inédito, 1990.

[11] En 1917, las edades de los recién nacidos oscilan entre 2 a 3 meses. Mientras que entre los  adultos los fallecidos se registran  entre los 20, 35 y 50 años.  La edad promedio osciló entre los 30 y 60 años.

[12] El Comercio,  Año III,  Riberalta, Beni-Bolivia, octubre 31, 1918 No. 102, pág. 3 (235).

[13] El Comercio, Año, III Riberalta, Beni-Bolivia, Noviembre 25 de 1918, N°.104, pág. 2 (242).

[14] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia,  octubre 31 de 1918, N°.102, pág. 4, (236).

[15] (Dr. William Emerich), El Comercio, Año III Riberalta, Beni-Bolivia,  Noviembre 25, 1918, N°.104, pág. 2, (242), la aclaración es nuestra).

[16] (El Comercio, Año III Riberalta, Beni-Bolivia,  Noviembre 25, 1918, N°.104, pág. 4, (244).

[17] (Ordenanza. La Honorable Junta Municipal de la 1ª. Sección de la Provincia Vaca Díez, El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, enero 5 de 1919, N° 110, pág. 3 (271).

[18]  El Comercio,  Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, diciembre 31 de 1918, N° 109, pág. 3 (267)

[19]  Empleados de casas comerciales como: Francisco Ritz, Federico Hecker (Casa Braillard), Alberto Rauch (Casa Suárez); además de Germán Bakhausen, G. Herzig y los bolivianos Abelardo Zabala, Rodolfo Costas, Ignacio Paz, Adolfo Melgar, Manuel Alpire, Wenceslao Mariaca, Grimaldo Zambrana.

[20] Se informa que el médico J. Ostria R. está enfermo igual que el administrador del Semanario El Comercio y su familia, razón por la que probablemente se suspendería su edición mientras pase la intensidad de la epidemia. Radiograma, 7-1-1919, transcrito en el El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, enero 12 de 1919, N° 111, pág.2 (274).

[21] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, marzo 2 de 1919, N°117, pág.4 (315).

[22] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, abril 11 de 1919, N° 123, pág. 4 (350).  La prensa solicita que la información de las otras barracas y centros gomeras sea enviada al órgano de prensa.  La barraca gomera Concepción, se ubicaba sobre el río Beni, es la concesión gomera que mi abuelo, Juan Gamarra Ibáñez, compró a la Casa Súarez,  iniciándose como “alquilante” de la misma justamente en el período 1920-1925, pospandemia.

[23] María del Pilar Gamarra Téllez,  Ob. cit,  (2007) 161.

[24] El Comercio, Año II, Riberalta, Beni-Bolivia, julio 27 de 1917, N° 56, pág.2 (76).

[25] ACS/ Circular de 27 de julio de 1917, cit., en María del Pilar Gamarra Téllez… (2012)326.

[26] El Comercio, Año II, Riberalta, Beni-Bolivia,enero 22 de 1918, N° 79, pág.3 (141).

[27] El Comercio, Año II, Riberalta, Beni-Bolivia, noviembre 27 de 1917, N° 72, pág.1 (111).

[28] El Comercio, Año II, Riberalta, Beni-Bolivia, diciembre 16 de 1917, N° 75, pág.4 (126).

[29] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, noviembre 30 de 1918, N° 105, pág. 1-3 (245-247).

[30] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, noviembre 30 de 1918, N° 105, pág. 1 (245).

[31] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, noviembre 25 de 1918, N°104, pág. 1 (241).

[32] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, agosto 23 de 1918, N° 86, pág. 1 (205); Septiembre 3 de 1918, N° 97, pág.3 (211);  Septiembre 19 de 1918, N°98, pág.3 (215).

[33] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, octubre 5 de 1918, N° 99, pág. 1 (221).

[34] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, octubre 13 de 1918, N° 100, pág. 1 (225).

[35] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, octubre 24 de 1918, N° 101, pág. 1-2 (229-230).

[36] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia, marzo 2 de 1919, N° 117, pág. 4 (319).

[37]  El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia,  febrero 18 de 1919 N°. 110, pág. 2 (301).

[38] El Comercio, Año III, Riberalta, Beni-Bolivia,  marzo 2 de 1919 N°. 117, pág. 2 (313).

[39]  Gregorio Quiroz Claros, Vincent Vos con el apoyo de; Luis Moreno Arza y Edwin Cárdenas Benítez. Castaña, condiciones laborales y medio ambiente. Propuesta de Incidencia Pública desde el Sector Zafrero de la Castaña de la Amazonía Boliviana, Santa Cruz de la Sierra (CIPCA, 2017)36.

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