Manos silenciosas
De la tierra de donde vengo
damos más importancia a las manos que a las palabras,
en nuestras manos están las huellas de caminos y acequias,
de bancales y huertas
de pasados y posibles futuros,
está el frío de los amaneceres de invierno y el sol de las tardes de agosto
están los sabores del pan recién horneado y del vino de la tierra, son manos con los colores de la cal, del agua y de los bosques manos con los aromas de los tomillares y del humo de la churrasca
manos que saben los secretos de las plantas, los animales, las nubes, las canciones manos donde están escritas la geografía, la historia y la caligrafía
manos que existen más allá de las voces y que dan alas
a las caricias y palabras que nunca decimos.
Cuando la clase obrera juega al tenis
mi abuela
inmigrante en Francia nos mandaba (vía Renfe) enormes paquetes
con lo que iba encontrando en las basuras de París (en la poubelle nos decía en sus cartas)
para nosotros aquellos enormes paquetes (que a veces llegaban a pesar más de 40 kilos) eran verdaderos tesoros:
(que esperábamos como los regalos la noche de reyes)
juguetes, ropa, rotuladores de colores, libretas, bolsos, botas de montaña, herramientas, calculadoras, botones, gafas de sol, sellos, carpetas, relojes, fulares, cuadernos, radios, pulseras, collares…
así que solíamos vestir con ropas que llevaban los logotipos de AGF o de Festina
o pintábamos con rotuladores molotow
o vendíamos sellos en el rastro en uno de aquellos paquetes venía una raqueta de tenis
de hierro
que pesaba como un muerto desde ese día a mi padre
los domingos
le dio por ir a jugar al tenis a la piscina allí se enfrentaba contra la pared como se enfrentaba a la vida
sin descanso con los meses
algunos de los que jugaban en las canchas de tenis de pago
(con sus raquetas caras y bien encordadas, sus muñequeras, sus zapatillas de marca) cuando fallaba alguno de ellos
le invitaban a jugar allí mi padre
con esa raqueta de hierro que pesaba como la vida jugaba con hambre de obrero
con un revés a dos manos de currante subiendo a la red como una fiera
sin dar nunca una bola por perdida con el tiempo
aprendió un par de trucos a volear como McEnroe
a meter unos passing shots a lo Björn Born a tener un drive a lo Ivan Lendl
y allí estaba mi viejo
un ebanista reconvertido en carpintero
un carpintero reconvertido en montador de muebles con una raqueta encontrada en la basura
codeándose con catedráticos, banqueros, políticos, princesas, concejales, mandamases de la Fasa, empresarios… haciéndoles morder el polvo
con el puño en alto
Acromatopsia
Despierto
y me invento
la cocina donde desayuno
un café con leche y dos tostadas invento las calles
el canto de los pájaros
los árboles las huertas los caminos las piedras las sombras invento a la gente
lo que hacen y de lo que hablan invento las risas invento las lágrimas invento el mercado
y el bar donde me echo unos vinos unos vinos que invento
invento a la camarera invento la música invento la vida
por la tarde invento poemas invento paseos
amores atardeceres orgasmos revoluciones así voy inventando mi día a día
y llegas tu
y de una patada
mandas todo a tomar por culo y lo dejas todo
en blanco y negro
como después de jugar con fuego
post data:
Escribir poesía es de cobardes lo valiente es enfrentarse a la vida
sin más