Homero Carvalho Oliva
La relación entre el presente y el pasado siempre ha sido algo que me ha llamado la atención al punto de afirmar que el futuro de nuestra literatura está en nuestro pasado, desentrañándolo podremos entender algunas claves todavía secretas en nuestra historia. La escritura de una novela histórica implica la construcción de una memoria colectiva del pasado y nos brinda la posibilidad de descubrir algunos de los sustentos de nuestra identidad nacional, tarea irresuelta todavía en el imaginario nacional.
Eso es lo que hace Ivette Durán Calderón, potosina, Jurista, investigadora histórico-social, americanista e hispanista en Estados Unidos de Norteamérica, Europa y Latinoamérica; promotora cultural, poetisa y autora de diferentes tratados, ensayos, biografías, antologías, poemarios y artículos con temática variada, traducidas algunas de ellas al inglés y francés. Uno de sus últimos libros es justamente: Potosí, entrada del Virrey Arzobispo Morcillo, 1716 y en proceso de impresión Cervantes, ¡vale un Potosí!; Escritores potosinos (Bolivia) Sinopsis histórica del panorama literario en Potosí; Geopolírica latinoamericana y otros.
Se podría pensar que la novela de un historiador va a pecar de exceso de datos históricos, fechas, lugares y acontecimientos, con la carga meticulosa y precisa de un investigador antes que la de un narrador. Pues, me alegra afirmar que ese no es el caso de Ivette. Y si bien se nota la presencia de la historiadora en sus obras, es solamente como un espíritu que va guiando la narración. La historiadora se ha despojado de su oficio y ha permitido a Ivette que descubra al escritor que llevaba adentro.
Potosí: entrada del Virrey Arzobispo Morcillo 1716, es una novela histórica corta, inspirada en la famosa mismo nombre del gran pintor colonial Melchor Pérez de Holguín, Cochabamba, Virreinato del Perú 1660-1732, que se encuentra en exhibición en el Museo de América en Madrid, España. Como historiadora Ivette investigó profundamente al gran cronista potosino Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela, Villa Imperial de Potosí, Virreinato del Perú 1674 -1736, y en un estilo ágil y ameno nos va contando los hechos que precedieron a la llegada del arzobispo Diego Rubio de Auñon designado interinamente Virrey del Perú. Todas las autoridades potosinas se esmeraron para que su ingreso sea espléndido, digno de su cargo, y un 25 de abril recibido con todos los honores y pleitesías, además de las pompas de la época y de una ciudad rica como lo era Potosí.
El escritor Juan Tomás Frutos, afirma, en un artículo titulado “Ivette Durán rememora la importancia de Potosí”[1], lo siguiente: “El valor de la literatura es innegable para conocer mundos en los que jamás hemos estado. Nos invita a viajar y a palpar realidades más o menos alejadas desde el punto de vista espacial y temporal. Por eso cuando nos acerca empeños, logros y reconocidas experiencias no tenemos más que rendirnos a su papel crucial para el progreso personal y social. Esta reflexión la podemos asumir al cien por cien en el caso del libro «Potosí. La entrada del Virrey y Arzobispo Morcillo. 1716», de mi admirada Ivette Durán Calderón. A través de él vemos una realidad que nos encumbra a un contexto sociológico, geográfico, con personajes, con cifras, y con hechos fundamentales que nos ayudan a conocer lo sucedido hace tres siglos. Todo ello surge desde el entorno del hecho histórico que menciona el propio título de una creación que se nutre de fotos ilustrativas y muy pedagógicas. La labor desarrollada es enorme. Se cuida, porque así se percibe, hasta el más mínimo detalle. Se nota que se ha hecho una faena de documentación que da prestancia y relevancia a los textos que tenemos entre manos, que salen de un pasado real para poder interpretar el presente, y, cuando menos, desarrollar el futuro”.
Coincidimos plenamente con Frutos, quien luego señala: “La estructura del libro, y no es caer en el tópico, nos lleva a dilucidar de una manera ascendente, por las reseñas apreciadas, sobre cuanto fue este emplazamiento, de un fuerte valor en todos los sentidos para los primeros pobladores, para los españoles cuando llegaron, y para los siguientes años. La cifra de 1716 es un intenso inciso, un antes y un después en la fortaleza y la presencia eclesiástica, en la percepción ciudadana, en la concepción del Estado y en las contradicciones de éste incluso. Además, si me lo permiten, les diré que está impecablemente escrito. Se percibe que su autora es buena conocedora del castellano tanto a nivel de vocabulario como en cuanto a gramática y sintaxis. Hay un quehacer historiográfico igualmente interesante, para que nada quede al albur de la interpretación arbitraria”.
En esta obra, Ivette hace uso de los recursos literarios de todo buen escritor de novelas históricas: hace una relectura distanciada y crítica de los hechos históricos, cuestiona la legitimación de algunas versiones oficiales y al mismo tiempo desmitifica otras, enfoca multiplicidad de perspectivas y, en algunos casos, las parodia. Sin duda alguna una excelente novela.
[1]https://periodistas-es.com/ivette-duran-rememora-la-importancia-de-potosi-135954