Alex A. Chamán Portugal
- Filosofía
La filosofía, como madre de todas las ciencias, se caracteriza por ser una disciplina científica reflexiva y transformadora que no solamente busca comprender o interpretar la realidad, sino también transformarla considerando los marcos conceptuales y las estructuras sociales que la configuran. En el contexto latinoamericano, la filosofía se ha distinguido por su orientación hacia una crítica profunda del orden económico, social y político, cuestionando las lógicas dominantes impuestas por los modos de producción feudal y capitalista.
Un aspecto clave de la filosofía latinoamericana es su carácter problematizador y propositivo en términos alternativos, que aborda las cuestiones concretas de la cotidianidad, considerando la realidad concreta histórica y social de la región. A decir de León Olivé (1997), esta filosofía debe ser autóctona y crítica, surgiendo de las experiencias y contextos locales y no simplemente adoptando planteamientos extranjeros.
Un aporte importante a la reflexión filosófica proviene del maestro George Politzer, filósofo francés que asume el materialismo dialéctico. Politzer (2001) argumenta que la filosofía además de ser práctica debe orientarse ineludiblemente a la transformación social. Según Politzer, la filosofía no debe reducirse a un simple ejercicio teórico aislado, sino que debe conllevar una acción transformadora de la naturaleza, sociedad y el hombre, una perspectiva que resuena con las luchas de clases (económica, ideológica y política) en América Latina. Para él, el rol esencial de la filosofía es proporcionar los pertrechos necesarios para la acción política y la transformación social, entendiendo que la realidad se enmarca en un proceso dialéctico y transformador.
Merece destacarse que, en las últimas décadas, la filosofía latinoamericana se caracteriza por un enfoque alternativo de corte intercultural, como lo plantea Boaventura de Sousa Santos (2009), quien acentúa la importancia de reconocer y valorar los saberes no occidentales (capitalistas), fusionando distintas tradiciones de pensamiento y contribuyendo a una visión plural del conocimiento.
2. Epistemología
La epistemología es una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio lo constituyen los fundamentos, límites, estructuras y validez del conocimiento humano. Centra su preocupación por cómo se produce el conocimiento, qué criterios lo validan y cuáles son sus fuentes que la respaldan. Así, examina tanto las condiciones objetivas o materiales como subjetivas o espirituales del saber y reflexiona acerca del proceso cognoscitivo expresado en las relaciones entre el sujeto cognoscente y la realidad cognoscible.
La epistemología latinoamericana suele caracterizarse por su enfoque decolonial, ya que cuestiona las epistemes impuestas por el colonialismo feudal y el neocolonialismo capitalista, así como reivindica el reconocimiento de los saberes subalternos. Un rasgo primordial de esta epistemología es el reconocimiento de que el conocimiento depende de contextos históricos, sociales, políticos y culturales específicos. A ese respecto Nelson Maldonado-Torres (2007), refiere que la epistemología latinoamericana subraya que el conocimiento no es universal ni neutral, sino que está influido por las relaciones de poder que estructuran la sociedad. José Carlos Mariátegui, un destacado revolucionario peruano, señaló que las ideas no son producto de un intelecto aislado, sino de una dinámica social concreta. En su análisis, las ideologías liberales y conservadoras en América Latina respondían a los intereses de las oligarquías, mientras que las ideas socialistas representaban los intereses de las clases trabajadoras y campesinas (Mariátegui, 1970, p. 30).
El concepto de una epistemología del sur es un aspecto central en los estudios de Santiago Castro-Gómez (2007), quien sostiene que la epistemología latinoamericana no solo debe reconocer sino principalmente valorar los saberes que han sido históricamente marginados por el eurocentrismo capitalista, como los conocimientos indígenas y afrodescendientes, proponiendo una diversidad epistémica que no se limite a las perspectivas occidentales capitalistas.
3. Ontología
La ontología se refiere al estudio del ser y la realidad objetiva, entendida como una totalidad concreta en constante cambio y desarrollo. La realidad no depende de nuestra conciencia, sino que existe independientemente de ella, aunque sea cognoscible a través de la práctica y la transformación social. Su importancia resulta crucial para fundamentar investigaciones científicas que no solo busquen describir, sino también explicar y transformar la realidad en su conjunto.
La ontología latinoamericana se caracteriza por una visión relacional del ser, que concibe la existencia como una interacción constante entre seres humanos, naturaleza y el cosmos. Un rasgo distintivo es que entiende el ser como una red de relaciones que constantemente se configuran.
María Lugones (2008) resalta la importancia de una ontología política, en que las estructuras de poder y las experiencias coloniales configuran las formas de ser. Las ontologías impuestas por la colonización feudal y capitalista han despojado a los pueblos originarios de su autonomía ontológica y han impuesto un modo único de ser.
4. Paradigma
El paradigma es un conjunto de principios, conceptos, métodos y teorías que orientan el pensamiento y la práctica científica en un contexto histórico y social determinado, por consiguiente, los paradigmas están condicionados por las estructuras económicas, sociales y políticas de una época, y reflejan las contradicciones de las relaciones sociales de producción.
En América Latina, los paradigmas tradicionales han sido desafiados por corrientes críticas que buscan una transformación del saber desde los márgenes de la hegemonía cultural capitalista. Los paradigmas decoloniales y otras perspectivas alternativas han propuesto una reconfiguración de la forma en que entendemos el conocimiento, el poder y la identidad.
A continuación, destacamos algunos paradigmas importantes:
Paradigma Positivista.- Sostiene la idea de que el conocimiento debe ser objetivo, empírico y cuantificable, por ende, la ciencia debe describir la realidad tal como es. Este paradigma tiene su origen en las ciencias naturales, particularmente en la física, y sigue influyendo en las ciencias sociales. En el contexto latinoamericano, ha sido criticado por ser reductor y no considerar adecuadamente los aspectos socioculturales de la realidad (Castro-Gómez, 2007).
Paradigma Socio-Crítico.- Se enfoca en comprender las estructuras sociales y las relaciones de poder que las configuran. Plantea la necesidad de transformar la sociedad a través de la crítica y el cuestionamiento de las estructuras dominantes por ser injustas. Influenciado por el marxismo, este enfoque ha sido clave en la producción de conocimiento a partir de la desigualdad y la opresión en América Latina.
Paradigma Interpretativo.- Pone énfasis en comprender las experiencias humanas desde la perspectiva de los propios sujetos. Se interesa por los significados, las percepciones y las interpretaciones que las personas dan a sus experiencias. Es considerablemente utilizado en estudios de corte cualitativos y se encuentra en contraste con los enfoques positivistas, puesto que reconoce la subjetividad como un aspecto esencial del conocimiento.
Paradigma Decolonial.- Se caracteriza por su crítica profunda al eurocentrismo capitalista y a los paradigmas coloniales del saber. El paradigma decolonial busca una reconfiguración del conocimiento, desafiando la supremacía de las epistemologías colonizadoras y reivindica los saberes de los pueblos colonizados. A decir de Walter Mignolo (2007), este enfoque promueve una epistemología del sur, en la que se reconoce la pluralidad de formas de conocer y se cuestiona la legitimidad de las ciencias modernas que han silenciado otras voces.
Paradigma Feminista.- Este paradigma cuestiona la desigualdad de género y la opresión de las mujeres. Las feministas critican la objetividad de la ciencia tradicional y proponen una epistemología de la experiencia que reconoce el valor del conocimiento situado en las experiencias de las mujeres y otras personas marginalizadas. También promueve la intersección de las luchas por la justicia social, racial y económica.
5. Metodología y Enfoques Metodológicos
La metodología se constituye en la columna vertebral de cualquier investigación científica, ya que organiza el proceso investigativo y asegura que los resultados sean confiables y útiles para la construcción del conocimiento y la resolución de problemas prácticos. La carencia de una metodología clara, conlleva que la investigación corra el riesgo de resultar inconsistente, arbitraria y de poca relevancia para la comunidad científica y la sociedad en su conjunto.
La metodología es el marco a través del cual se orienta congruentemente el proceso de investigación, abarcando los enfoques, alcances, métodos e instrumentos para producir conocimiento científico.
En América Latina, la metodología debe estar alineada con los principios filosóficos y epistemológicos que definen el contexto y los objetivos de la investigación. En este sentido, la metodología también se entiende como un proceso ético que refleja las relaciones de poder, las estructuras sociales y los intereses políticos que inevitablemente están presentes en la investigación.
Los planteamientos de Roberto Hernández Sampieri (2014) referente a metodología resalta la importancia de adaptar los métodos de investigación a los contextos específicos y a los problemas sociales que se abordan, lo cual tiene especial relevancia en América Latina, en que las cuestiones de pobreza, desigualdad y marginalización requieren de una metodología crítica y participativa. Hernández Sampieri sostiene que la metodología debe ser flexible y sustentarse en la integración de métodos cualitativos y cuantitativos que permitan una comprensión profunda y compleja de los fenómenos sociales.
6. Resumiendo e interrelacionando
La filosofía, como madre de todas las ciencias con su método universal de conocimiento, suministra el marco general para reflexionar acerca de la realidad, el conocimiento y el ser. Así, concisamente destacamos:
La ontología se caracteriza porque estudia la naturaleza del ser y de la realidad. Define qué existe, cómo existe y qué aspectos de esa realidad son relevantes para investigar. Es la base para cualquier análisis filosófico y científico.
La epistemología se enfoca en el conocimiento, analizando cómo conocemos, qué podemos conocer y qué criterios determinan la validez del conocimiento. Depende de la ontología, puesto que para conocer algo, primero debemos entender qué es y cómo se manifiesta en la realidad.
El paradigma es el marco teórico y epistémico que articula una visión del mundo (ontología) y del conocimiento (epistemología). Asimismo, define cómo un grupo científico comprende la realidad y guía qué preguntas se consideran relevantes, cómo se abordan y qué métodos y técnicas se utilizan.
La metodología es la concreción operativa del paradigma. Proporciona los enfoques, alcances, métodos, técnicas e instrumentos para investigar, permitiendo que las preguntas epistemológicas se traduzcan en procedimientos prácticos.
La ontología define qué investigar, orientando qué aspectos de la realidad son vitales.
La epistemología establece cómo abordar ese conocimiento, fijando las reglas y límites del saber.
El paradigma articula ontología y epistemología en un marco coherente, que guía la interpretación de los fenómenos.
La metodología operacionaliza el paradigma, aplicando principios ontológicos y epistemológicos al diseño de investigaciones concretas.
Referencias
Castro-Gómez, S. (2007). La crítica de la razón latinoamericana. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Hernández Sampieri, R. (2014). Metodología de la investigación (6ta ed.). McGraw-Hill.
Lugones, M. (2008). Colonialidad y género: El subalterno en el poder. Revista de Estudios Críticos Latinoamericanos.
Maldonado-Torres, N. (2007). La descolonización de la epistemología. Revista de Estudios Latinoamericanos.
Mariátegui, J. C. (1970). 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Editorial Amauta.
Mignolo, W. (2007). La colonialidad del saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Revista de Filosofía Latinoamericana, 30(1), 15-29.
Olivé, L. (1997). La filosofía latinoamericana: Aproximación histórica. Editorial Trotta.
Politzer, G. (2001). La filosofía y los problemas fundamentales del materialismo dialéctico. Editorial Ciencias Sociales.
Santos, B. de S. (2009). La universidad en el siglo XXI: Para una reforma democrática y descolonizadora. Clacso.