Blog Post

News > Etcétera > Elenita e os segredos da colina / Elenita y los secretos de la colina

Elenita e os segredos da colina / Elenita y los secretos de la colina

Angélica Guzmán Reque

“En cada niño se debería poner un cartel que dijera: tratar con cuidado, contiene sueños” 
Mirko Badiale

La escritora brasilera Tarissa Marques nos presenta el cuento Elenita e os segrados da colina,  un cuento donde devela el alma infantil y lo hace desde la imaginación propia de nuestros niños. Esa imaginación que le permite volar y remontarse en alas de la imaginación por donde mejor la lleva el viento, que es su amigo, y la curiosidad por descubrir la misma naturaleza “Elenita foi-se para a colina, toda sonridente e esperancosa que dessa vez conseguiría ver a tao almejado acontecimiento – Qué sol escaldante. Está queimando as minhas orelhas -” – expresa con alegría, jamás con rabia, busca su gorro sagrado, que es a la vez mágico porque es parte de su propia vida interior que ella guarda como la joya sagrada de su corazón, y se lo coloca en la cabeza para cubrirse del Sol que le impedía seguir. Es el misterio de lo sagrado que encierra el alma infantil, ese don que la entrevista con Dios y la bondad sublime, que solo un niño vive y siente en toda su capacidad de ser y sentir.

Ella es feliz, como todo niño, su vida está adornada por su sinceridad y su alegría de vivir, donde va, lo hace cantando dichosa y confiada en sus pies que parecían las alas que requería para remontarse lejos, muy lejos. Su canción decía: “Los Pies, meus pes. Vollan, Vollan”

Así se encumbraba feliz, cuando de pronto llegó a sus oídos un lamento, como un susurro, apenas, ella curiosa que no dejaba pasar nada inadvertido, se fue arboleda por arboleda, buscando entre la verde naturaleza, hasta descubrir que entre la floresta, casi oculto, estaba un pequeño jaguar que la miraba sorprendido y con la carita triste. “¿Qué haces aquí? – le preguntó y el cachorro, lamentándose solo le dijo: “!Mi mamá! Estoy muy asustado” – Elenita le respondió que no tuviera miedo, que ella le ayudaría a encontrar a su mamá.

Sin embargo, a Elenita, le preocupaba que pronto llegaría la oscuridad y, para ella: “Agorinha vai oscurecer. E temo encontrar o mais apavorante ser da colina”, pensaba, así como anhelaba conocerlo y encontrar el misterio, también temía encontrar a un ser extraño. Tomó entre sus brazos al animalito que temblaba de susto y le prometió encontrar a la madre:” Vamos a encontrar sua mamá, ou eu no e chamo a Menina que tudo acha”, tal como la llamaban en su grupo de juegos.

Abrazó tiernamente al animalito y empezó a caminar por entre las breñas del bosque, encontró alguna pisabas y, pensó que no podían ser de otro que el de la madre del pequeño. El mismo jaguar sintió el olor de su madre y le animó a seguir con la búsqueda. Por momentos Elenita se sentía cansada, por eso se echó en un descanso que parecía tener una alfombre de flores amarillas que brillaban como si fuera el mismo Sol. Elenita compartió su gorro mágico con el pequeño y le decía que lo hermoso del gorro era que le podía hacer sentir fuerte, como si fuera un dragón y soltar fuego por la boca.

Elenita no se cansaba y subía aquella montaña donde veía pasar muchos pájaros de todos los tamaños y colores, lo que alegraba el paisaje y hacía más agradable aquella excursión.

De pronto escuchó rugidos muy fuertes, inmediatamente pensó que estaba cerca de encontrar a la mamá del jaguar y le animaba:” No fique con medo, nos vamos a encontrá -la, ja. Está chegando a hora do grande acontecimento ”, mientras empezó a caer la lluvia y las nubes revoloteaban en el espacio sideral. Elenita solo jugaba con las libélulas, las mariposas y todo lo que había en ese espacio que la hacía muy feliz.: “Jutaram-se nessa alegría as líelulas, as borboletas, as passaradas” expresaba con entusiasmo

Entre su felicidad pensó que sería bueno escribir algo a la mamá del pequeño, por lo que encontró una hoja gigante, en forma de corazón y escribió: “Hola, Mamae do pequeño jaguar. Te esperamos na minha casa. desce a colina y avistará una casa brilhante com listras vernelhas e verdes, e muitos girassois / Assinador: Elenita”

Empezaron a llamar muy fuerte, acompañaban lágrimas con el agua que la lluvia no dejaba de caer. De pronto todo se vistió de claridad y todo brillaba al Sol. De repente se escuchó un fuerte rugido y una voz que decía: “!Mi niño! era a temivel fera. O pequeño correu ao seu encontró: ¡Mamá, Mamá!”

Elenita solo atinó a sentirse feliz porque había cumplido con ese objetivo de amor y bondad de devolver la felicidad a un pequeño indefenso animalito que lo veía sufrir y, ella, sufría mucho más y, pronto debía ir al encuentro de su otro objetivo, por lo que la mamá jaguar solo le advirtió que era peligroso para ella, que estaba sola, ir a esos parajes donde le esperaba muchos peligros, como el de encontrarse con la fiera que volaba. Elenita solo respondió que no tenía miedo porque poseía un arma que la protegía: “- Eu nao tenho medo de nada, se essa fera aparecer eu pulo nela, grudo meus cabelos em seu poscoco, com a espada amarro seus pés no camalote y lhe dou uma rasteira ”

 Sentada sobre una piedra contempló el paisaje que a esa hora brillaba y parecía tan contenta como ella misma, pudo distinguir los siete colores que forma la aurora boreal y dar brillo y vistosidad a la naturaleza. Se sentía feliz y única porque vislumbró el entorno con todo su esplendor. Era el Arcoíris, el dios de los incas que nadie podía ver. Era tanta su alegría que quería tocarlo, cuando iba a alcanzarlo solo recordó una voz de su grupo y escuchó en su corazón:”! Sólo mire, no se atrevan a tocarlo y señalarlo con el dedo, de lo contrario te convertirás en una criatura horrible!”

El Arco del Cielo, también escondía su lado malo. muy peligroso para el humano que se atreviera a tocarlo, esa divinidad solo permitía admirarlo y Elenita comprendió todo ese misterio que había visitado y que la hacía muy feliz.

Elenita descendió muy contenta de esa aventura que le permitió conocer la bondad con los animales y al mismo tiempo ese misterio que encierran algunos lugares que son solo posibles para muy pocos. Los seres humanos deben comprender el misterio que encierra lo sagrado, lo mítico. 

El gran filósofo de la vida, escritor universal Khalil Gibran nos dejó esta bella frase: “‘Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños’

error

Te gusta lo que ves?, suscribete a nuestras redes para mantenerte siempre informado

YouTube
Instagram
WhatsApp
Verificado por MonsterInsights