Harold Kurt
Hace muchos años, mientras exploraba entre blogs literarios, me enteré de un escritor boliviano cuyo trabajo no solo se centraba en su propia obra, sino que también tenía la gran virtud de comentar, entrevistar y recomendar obras de otros autores, algo loable pero poco común por estos lares. Además, contaba con un blog literario: http://venenolundico.blogspot.com/, al cual podían contribuir tanto aquellos escritores noveles que anhelaban incursionar en el campo de las letras, como también autores consagrados que encontraban en ese espacio una puerta abierta a tan noble tarea.
Me refiero a Miguel Lundin Peredo. Poeta, dramaturgo, cuentista y novelista; su trabajo abarca diversos géneros y temas que reflejan su amplio conocimiento y comprensión de la sociedad boliviana y la cultura contemporánea.
Lo que más me impactó desde el principio fue su incondicional admiración y apoyo hacia otros artistas. Pasó un tiempo considerable hasta que, gracias a las redes sociales, tuve la fortuna de descubrir otros de sus trabajos literarios. Tal vez fue una casualidad del destino o, mejor dicho, una serie de causalidades, lo que me permitió obtener una visión más completa de su obra. Aunque no he tenido el placer de conocerlo en persona, he logrado conocerlo virtualmente y hemos sostenido algunas conversaciones en línea.
Si alguien está interesado en obtener referencias biográficas sobre el autor, pueden encontrarlas disponibles en línea o en su blog literario. Sin embargo, me centraré únicamente en el análisis de su obra en este artículo.
Antes que nada, es importante hacer una advertencia: A diferencia de lo que algunos puedan pensar, una simple opinión no puede elevarse al rango de crítica. Por tanto, muchos de los «opinólogos literarios» que abundan en las redes sociales no cumplen con los criterios para ser considerados críticos literarios. Ahondando en la labor de la crítica literaria, es fundamental tener en cuenta aspectos como el estilo del autor, la estructura narrativa, el desarrollo de los personajes y la profundidad de los temas tratados. Además, es imprescindible contextualizar la obra dentro del panorama literario y examinar su relevancia histórica y social. Es importante recordar que una crítica literaria rigurosa requiere un análisis profundo y una fundamentación sólida, lo que le otorga un valor más significativo a la evaluación de la obra en cuestión. Asimismo, se debe evitar caer en juicios superficiales o meramente subjetivos. En conclusión, la crítica literaria es un arte en sí mismo y merece un enfoque más especializado y cuidadoso para comprender y apreciar plenamente el trabajo de un autor.
Con esta salvedad y continuando con mis comentarios sobre la obra de Miguel Lundin, a través de sus escritos, puedo deducir que Lundin Peredo encontró su camino hacia la escritura gracias a diversas experiencias en su juventud, incluyendo su vida en el viejo mundo y su actual residencia en Suecia. Su vida inusual y su habilidad para encontrar belleza y significado en lo cotidiano lo han impulsado a crear una narrativa única y cautivadora. Es creador de nuevas propuestas narrativas, como el Realismo Lúndico.
Su estilo literario se caracteriza por una prosa suelta y detallada, capaz de sumergir al lector en los mundos y emociones de sus personajes. Además, muestra una habilidad para abordar temas sociales y políticos con un enfoque íntimo y personal. No teme explorar temas controvertidos y desafiar normas sociales; por el contrario, aborda con absoluta soltura y sin tapujos asuntos como la inmigración, el machismo y las injusticias sociales de manera audaz y reflexiva, lo que demuestra su clara visión de las realidades sociales.
Aunque él no me lo confesó y tampoco creo haberlo leído en algún lugar, es clara la influencia de los escritores malditos en su obra. Por momentos, encuentro escenas narrativas amorales que me recuerdan a Henry Miller o Bukowski. Es cierto que existen ciertas similitudes entre los cuentos y monólogos de Miguel Lundin Peredo y el movimiento literario conocido como «realismo sucio». Este estilo literario, surgido en la década de 1970 y 1980, principalmente en América Latina y España, se caracteriza por su enfoque en lo cotidiano, lo vulgar y lo marginal, así como por el uso de un lenguaje directo, coloquial y desenfadado.
Lundin explora temas que a menudo son pasados por alto por la literatura más tradicional. Se enfoca en aspectos de la vida diaria, como las relaciones personales, las experiencias en el cine o los encuentros casuales, lo que refleja una gran imaginación y creatividad en los detalles aparentemente insignificantes. También se aventura en elementos fantásticos o surrealistas que se entrelazan con situaciones realistas. En el cuento «La gata que tenía corazón de cosplayer», por ejemplo, se presenta una transformación mágica de una gata en una mujer. Aunque se pueden apreciar similitudes con el realismo sucio, el autor es consciente de que su obra toma otros caminos y prefiere construir su propio universo literario. Es por eso por lo que ha bautizado su estilo como “Realismo Lúndico”, una propuesta única que lo distingue como un autor con una voz propia y un enfoque singular.
El autor también destaca por su habilidad para mezclar lo real con lo fantástico. En muchas de sus historias, se pueden encontrar elementos mágicos, surrealistas o incluso absurdos que se entrelazan con la realidad, creando un ambiente de sorpresa e intriga en sus lectores.
En el cuento «El jugador de rugby tatuado en el cuello», aborda temas como la culpa, el karma y las consecuencias de las acciones pasadas. La combinación de drogas, recuerdos del pasado y traiciones crea una atmósfera oscura y compleja. El protagonista, un jugador de rugby, muestra arrepentimiento por las decisiones que ha tomado y la influencia negativa que han tenido en su vida. El cuento ofrece una visión cruda de la realidad y cómo nuestros actos pueden perseguirnos a lo largo del tiempo.
Como mencioné al principio, estamos ante un escritor prolífico que incursiona en diferentes géneros, experimenta, propone y crea. Por ejemplo, en el cuento «The Eucaribus Warrior Princess Pop Killing«, que se encuentra en http://venenolundico.blogspot.com/, encontramos una narración con elementos de ciencia ficción y fantasía, que incluye viajes espaciales, planetas lejanos, tiburones espaciales, unicornios y habilidades marciales sobrenaturales como el Panymendagax.
También encontramos incursiones en la poesía. Algunos ejemplos se pueden encontrar en https://inmediaciones.org/miguel-lundin-peredo/, como “En agosto viajaremos al país de los patos cowboys”, donde hace referencia a temas de alienación, pobreza, desigualdad y la búsqueda de la felicidad.
En definitiva, el título de este artículo me parece el más adecuado. Estamos ante un autor que ha creado un universo literario con sellos propios. Bastante original, al igual que sus «novelas», que no superan en muchos casos una docena de páginas y en las que cada capítulo tampoco supera una plana.
Quizá todo esto pueda resultar extraño para los lectores clásicos, pero debemos mirarlo con otros ojos. Sus escritos adquieren los tintes propios de la posmodernidad y se muestran afines al tiempo ligero y veloz de nuestra época. Es importante mencionar que la obra también exhibe algunos aspectos que podrían considerarse desafiantes. También hay que añadir que ciertas partes podrían beneficiarse de un mayor desarrollo o claridad, y ciertos personajes podrían haber sido más profundamente caracterizados para lograr una conexión más sólida con el lector. Sin embargo, estos elementos no eclipsan por completo las valiosas contribuciones de su obra.
Nos encontramos frente a una promesa literaria. Les sugiero sumergirse en las páginas de sus obras que no dejarán indiferente a ningún lector: propuestas novedosas, cuyas cualidades se irán descubriendo con el tiempo, pues, como dicen los críticos, en literatura no hay nada escrito.