Angélica Guzmán Reque
“No quisiera vivir en un mundo sin dragones, así como no quisiera vivir en un mundo sin magia, ya que ese sería un mundo sin misterio y sin fe” R.S. Salvatore
La magia de la literatura, nos dice José Manuel Pedrosa que “es el poder que tenemos los seres humanos de alterar, con fines moralmente positivos o negativos su vida, la vida de los demás y su entorno natural, mediante conocimientos, facultades y técnicas especiales, de carácter sobrenatural” entre muchos otros conceptos, este resulta ser interesante porque se refiere a la literatura, a la expresión, al libro, al cuento, la poesía que por medio del uso correcto de la palabra, el escritor es capaz de transformar el mundo y hacer que, la persona que lee, del mismo modo pueda transformar su mundo y, así indefinidamente.
Por su parte la gran escritora María Moliner nos dice que “la persona que escribe realiza operaciones de magia. En particular, personaje fantástico de los cuentos de hadas que realiza transformaciones y hechos maravillosos” Lo importante es saber que la literatura posee la magia necesaria que lleva a imaginar y expresar situaciones que trasportan a mundos imaginados, pero posibles.
Así una situación mágica es el lenguaje de los animales y la interrelación que los niños experimentan al leer y mejor al interpretar un cuento. Es maravilloso verlos vestidos con trajes coloridos de los animalitos y repetir el lenguaje que leyeron. Son situaciones mágicas de momentos en que ejercitan la memoria, la expresión, el saber desplazar por un escenario y gozar, gozar entre ellos porque son capaces de vivir las situaciones que leyeron. momentos en que se desenvuelven con soltura, disciplina y respeto por los animales a los que representan.
Cuando ponemos un libro en las manos de un niño, este lo abre, lo hojea y se sumerge en las palabras que lee con pasión y comienza a funcionar su mente porque va imaginando con los diálogos las respuestas que lee y, cuando le llaman la atención los internaliza con la sonrisa que le despiertan esas palabras impresas que se convierten en imágenes, en sonido rítmico que le hablan al corazón y le hace soñar que pudiera trasladarse a esos mundos fabulosos que resaltan el color que le sonríe.
Se repite con entusiasmo que la literatura infantil va más allá de una lectura porque el objetivo esencial es despertar la imaginación y las emociones del alma infantil, y así, cuando el autor se pone delante de los niños que leyeron sus libros, empieza unas serie de preguntas, del porqué una mariposa puede hablar, un pájaro puede pensar, un gato puede soñar, porque su naciente imaginación le hace sonreír sobre lo que ha visto, conoce, lo ha tenido cerca y su fantasía le hace recorrer ese mundo maravilloso de cuándo él puede dialogar con su entorno.
Cuando el niño aprende a leer debe adquirir la habilidad lectora y el desarrollo cognitivo de la capacidad de comunicación con las palabras, que su mundo se extienda más allá de las páginas del libro. Que le permitan expresarse correctamente y ser entendido, integrándose a un circulo social de valor comunicacional porque la lectura literaria es significativa, por esa magia de la multiplicidad de significados, frente a ese potencial descomunal creativo que tiene el niño y todo lector.
La magia está, también, en la habilidad que se tiene para unir a las personas de diferentes épocas, culturas, lugares que dejan sus escritos en nuestras manos para conocer el mundo y saber que vivimos en un mismo planeta, pero diferente por la variedad que surge del entorno vivencial, para ayudar a conectarnos con los demás y con nosotros mismos. La magia de compartir opiniones, gustos, descubrir nuevas realidades en la conexión que nos permite el libro y la lectura.
El incentivo de la lectura se inicia en la infancia, que es la edad en que se forman los hábitos que es el camino por donde se conduce al desarrollo de la imaginación y a expresar sus emociones y sentimientos de manera significativa, que es donde interactúa .la literatura infantil con sus repercusiones asombrosas en el desarrollo social, porque le permite actos de comunicación; emocional porque se siente liberado de interactuar con los personajes de su mundo y el cognitivo porque aprende a internalizar vocabulario, emociones, situaciones que son parte integral de cada uno de nosotros, de nuestras vidas. Fomentar el desarrollo crítico que es importante actividad de la escuela, sin olvidar que las primeras personas encargadas de fomentar el hábito de la lectura crítica son los padres. Nos dice Carl Sagan: “Un libro es una prueba de que los seres humanos son capaces de hacer magia”