Carlos A. Scolari
Un libro lleva a un libro, lleva a un libro… Cada tanto aparece un texto que, de manera inesperada, dialoga de manera más que cercana con nuestras exploraciones y obsesiones. Tal es el caso de La Svolta Ecomediale de Michele Cometa, profesor de la Università degli Studi di Palermo.
Me resulta difícil sintetizar un libro que, si bien tiene solo 150 páginas, está totalmente subrayado y lleno de comentarios al margen. El volumen, editado por Meltemi, se articula alrededor de nueve capítulos-concepto que trataré de resumir de manera breve y sin necesariamente seguir el orden de los mismos.
El nicho ecomediático
Cometa desde la primera página aplica de manera fuerte la metáfora ecobiológica a la Media Ecology e, inspirado por los trabajos de Lev Manovich, Bob Logan y George Basalla, propone ir más allá de la «versión clásica» de la Media Ecology. Como en muchos de mis libros y artículos, Cometa reivindica los «fundamentos biológicos» de la Media Ecology tal como los expone Bob Logan en un texto fundamental: «The Biological Foundation of Media Ecology» (la versión en castellano la incluí en Ecología de los Medios, Gedisa, 2015). También mis trabajos forman parte de la red intertextual que teje Cometa.
«Con Scolari credo sia arrivato il momento di aggiornare l’ecologia dei media tenendo conto degli sviluppi della dottrina evoluzionista nell’epoca del cosiddetto antropocene, l’epoca in cui ci si è resi conto che i media non solo abitano il pianeta, ma lo modificano profondamente, intervenendo sul biota ma anche sulla costituzione geologica della terra.» (p. 18)
Aquí entra en escena la teoría del nicho mediático de John Dimmick, un autor que trabajé a fondo en un capítulo de Sobre la evolución de los medios (Ampersand, 2024). En este marco, Cometa avanza en «modo Latour» y amplía el concepto de nicho mediático:
Nella nicchia ecomediale abitano non solo gli eventi comunicativi -com’era nei presupposti della ecologia dei media classica- o le pratiche di significazione -come nella tradizione semiotica- ma interazioni che non sono solo affidate agli organismi viventi ma anche alla materia inerte che comunque ha una sua agency quando è inserita, com avrebbe detto Alfred Gell, in ‘situazioni sociali’.» (p. 20).
Con este acercamiento Cometa pretende ir más allá del clásico antropocentrismo que caracteriza a los discursos sobre el Antropoceno; al final, el nicho ecomediático se convierte en una figura que engloba diferentes niveles de análisis y procesos no reducibles a los clásicos intercambios comunicativos o prótesis tecnológicas:
Media never walk alone
En otro capítulo («Estensioni«) Cometa reivindica la lectura intermedial mcluhaniana –no podemos definir o comprender a un medio aislándolo de los otros medios– y su concepción de «los medios como extensiones» que, además de ser ampliaciones de nuestros sentidos, también interactúan entre sí. Incluso la historia de los medios -como propongo en Sobre la evolución de los medios– no puede ser reconstruida si no apelamos a esta trama compleja de relaciones.
«La storia dei media non è mai stata semplicemente una storia di oggetti, ma piuttosto la storia di reti di relazioni tra oggetti, corpi, ambienti costantemente in divenire» (p. 50).
Más adelante Cometa volverá al tema de las «extensiones» para complejizar la vulgata mcluhaniana, pero ya llegaremos a esa parte.
Otro concepto clave de estas conversaciones teóricas es el de ‘ambiente‘, objeto del capítulo 4. Según Cometa el giro ecomediático expande ese concepto y, siguiendo los pasos de Jussi Parikka y Donna Haraway, lo lleva a incorporar el mundo mineral, el clima, las relaciones entre seres vivientes, entre otros actores y relaciones. También aquí Cometa se acerca a las páginas finales de Sobre la evolución de los medios, cuando reivindico los «nuevos materialismos». Escribe Cometa:
«La nuova ecologia dei media si basa su un ‘nuovo materialismo’ perché se lo studio dei media non può prescindere dalla tecnologie, è però necessario comprendere che la ‘materia’ (e la ‘materialità) non è esclusivo appannaggio delle protesi macchiniche di cui l’Homo sapiens si è circondato, ma riguarda sfere dell’essere molto più ampie come gli ‘elementi’ che John Furham Peters ha posto al centro della sua filosofia dei media elementar/li (acqua, aira, fuoco, terra).» (p. 61)
Mediascapes
Entre tantos interlocutores, Cometa también dialoga con Francesco Casetti, el gran experto en cine que, en los últimos años, ha incorporado la metáfora ecológica -pero sin mencionarla explícitamente- a sus reflexiones sobre la evolución del cine (ver su texto «Mediascapes A Decalogue» publicado en la revista Perspecta del MIT). Como no podía ser de otra manera, a Cometa le atrae la idea de Casetti según la cual los ambientes mediáticos han dejado de ser un lugar (place) para convertirse en un espacio (space) gracias a la interacción entre dispositivos, sujetos, imágenes y discursos. Según Casetti los mediascapes no son estables, están en continua evolución. En el interior de este assemblage hay tanto cooperación como competencia entre diversos actores. ¿Por qué Casetti no utiliza directamente el concepto de «media ecology«? Según Cometa, lo hace «per non creare confusione con l’ecologia dei media classica, quella di Postman e di McLuhan» (p. 72).
También la arqueología de los medios se suma a la trama intertextual de Michele Cometa, desde los textos fundacionales de Siegfried Zielinski hasta las contribuciones más recientes de Jussi Parikka. Además de haber convertido a la Media Archeology en una «disciplina indisciplinada», para Cometa el mérito de Parikka es haber introducido ese espíritu en la Media Ecology.
«È come se Parikka cercasse di emanciparsi dalle classiche domande che l’evoluzionismo imponeva alla teoria dei media (riproduzione, selezione, estinzione, etc.) e si concentrasse invece -con uno spirito che potremmo definire etologico- su alcuni comportamenti animali che sembrano caratterizzate la vita dei media» (p. 77).
¿Alguien dijo «virus«? ¿Alguno mencionó las «tierras raras«? ¿O solo se trata del zumbido molesto de un «insecto«? Interconexión, complejidad, devenir. Las tres palabras-clave de Parikka que encajan a la perfección en el giro ecomediático de Michele Cometa.
Más allá de las extensiones
Como ya anticipé, en un tramo del libro Cometa retoma la cuestión de «los medios como extensiones» (1º ley de los medios de Marshall McLuhan) y la actualiza en clave no-antropocéntrica. Según el autor, el giro ecomediático busca liberar a la ecología de los dispositivos de los modelos lingüísticos fuertemente antropocéntricos y de la omnipresencia de la idea que los medios son simples extensiones del cuerpo humano (los medios como prótesis).
«(…) Si intende ridimensionare fortemente l’approccio prostetico che ha caratterizzato l’ecologia dei media da McLuhan in poi. Più che le protesi, infatti, contano le intelligenze e le azioni che, nel approccio entomologico (di Parikka, CAS), sono l’effetto delle entità distribuite ma collettive, come gli sciami» (p. 86).
Todo esto, escribe Cometa, ilumina un aspecto que no había sido analizado por la Media Ecology «clásica» y que él formula de la siguiente manera: «i media sono di per sé stessi dei parassiti che sopravvivono solo se si accoppiano con un altro organismo» (p. 88). Por otra parte, al seguir las huellas de Parikka el libro de Cometa se interna en otro territorio explorado por el investigador finlandés: la geología entendida como la ciencia que articula la climatología con la economía política.
«Il vantaggio d’uno sguardo geologico sui media è evidente: ci emancipa da ogni antropomorfismo e antropocentrismo -la terra ha infatti una storia che prescinde dalla presenza dell’uomo-, ci emancipa da tutte le forme di storicismo, giacché i materiali di cui sono fatti i media precedono la storia dei media, e, soprattutto, pone fine all’era della mediologia così come l’avevano concepita Marshall McLuhan e Friedrich Kittler, due indiscussi maestri anche per Parikka» (p. 94).
En este marco, podemos pensar la historia de los medios como un «paréntesis» entre la prehistoria del tiempo profundo y el futuro de una era en la cual los medios volverán a ser pura materia.
Coda
La Svolta Ecomediale de Michele Cometa concluye con un apelo a la interdisciplinariedad:
«Per comprendere i cambiamenti della nicchia ecomediale nella quale tutti, umani e non-umani siamo immersi, abbiamo bisogno insomma della biologia, della teoria dell’evoluzione, ma anche della critica dell’economia politica e di quella che un temo avremmo chiamato critica dell’ideologia la quale ci aiuta a svelare le bias dei nostri ragionamenti, compressi quelli ecofriendly» (p. 136).
Huir del catastrofismo, repensar los tiempos largos de la evolución, comprender la naturaleza biocultural de los medios, estudiar la complejidad del nicho ecomediático… tal es la invitación que nos hace Michele Cometa en La Svolta Ecomediale, un libro arácnido que teje una tela alrededor de Sobre la evolución de los medios y expande algunos hilos que en mi texto apenas están enunciados. Tengo la impresión que los «nuevos materialismos» son un gran polo de atracción epistemológica, una «zona de intercambio intelectual» -como diría Silvio Waisbord– muy seductora y en sintonía con una agenda planetaria que supera a cualquier encuadre monodisciplinario. La Media Evolution y la Media Ecology, ya sea en su versión «clásica» o «postclásica» -como diría Michele Cometa-, tienen algo para decir en esta conversación que nos interpela desde las páginas de La Svolta Ecomediale.