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El fin de los partidos feudales

Donde termina la ley, comienza la tiranía
 —John Locke

Pudiéramos estar viviendo la transformación del ejercicio de la política, como la entendíamos, a través de los partidos políticos. ¿Es el fin de los partidos feudales?

La casi desaparición de los partidos tradicionales de primera línea como el MNR, ADN, MIR y ya el largo deceso del MBL y CONDEPA, entre otros, pudiera estar abriendo la puerta a lo que se llamaría una suerte de “democracia abierta”.

La revolución tecnológica de las comunicaciones y la muerte de la distancia han cambiado, desde los sistemas financieros, la política hasta la forma en que vivimos y prescindimos del intermediario, del “agente”.

De igual forma, hemos entrado en la era digital del “ciudadano soberano”, en la que éste se rige a sí mismo y, cada día, prescinde más de la burocracia estatal, de la agencia de viajes, de la secretaria de oficina, pronto del conductor de vehículo y finalmente… del partido político tradicional.

En Bolivia, como en otras partes, el “agente” –el gobierno al cual le encomendamos la administración de nuestro patrimonio patrio– nos ha secuestrado, enmanillado, encapuchado, insultado, humillado y finalmente, real o figurativamente, nos ha encarcelado o deportado. El régimen actual se ha alzado con nuestros recursos y, para lograrlo, una vez conquistada su elección temporal, ha destruido la institucionalidad, la competencia política y ha desconocido el límite temporal de su mandato. Ha matado a la democracia representativa y prácticamente se ha convertido en una tiranía.

Pero ¡oh sorpresa! ante tanto abuso, el ciudadano boliviano se ha autoconvocado, ha protestado, ha salido a las calles, caminos y rotondas para hacer sentir su voz. Y pese a que ya una vez ha derrocado a un tirano el 2019, el actual gobierno se muestra sordo e insensible al clamor popular, al reclamo de los derechos políticos, económicos y humanos. Y peor aún, al cumplimiento de la ley.

Finalmente, los ciudadanos han echado mano al referendo, al derecho de petición pública, a la democracia directa; y, apoyados en la iniciativa de juristas independientes, se han lanzado a recolectar el millón y medio de firmas que le impone (y le impide) la ley. Una exigencia de un número tan elevado de firmas que hace imposible ejercer esa modalidad de democracia directa, prevista en la Constitución.

Alternativa del partido abierto

La democracia partidaria ha sido una forma de “democracia cerrada”. Los partidos tienen “dueños”, “súbditos” o “militantes” y jefes vitalicios. Son, por así decirlo, “partidos feudales”, con sus jefes, candidatos únicos y permanentes.

Albert O. Hirschman, un célebre economista de Harvard, introdujo la noción de “partidos abiertos”, organizaciones de servicio público que presentan a la sociedad opciones alternativas ideológicas y de gobierno, haciendo que los electores, cual consumidores económicos soberanos, tengan la opción, la libertad de “votar con sus pies”, es decir, abandonar o adherirse a un partido, votar o no por el mismo, de acuerdo a su mejor preferencia electoral, en cada elección.

En el partido abierto ya no existe la militancia partidaria, la adhesión incondicional y permanente de individuos a un partido. Su dirigencia y candidatos se eligen en votación, abierta a todos los ciudadanos. Aquellos que aspiran a dirigirlo y/o ser candidatos compiten abiertamente por el voto ciudadano, en primarias abiertas. Es decir, muere el “partido feudal” y nace el verdadero partido democrático, de servicio público.

En ese marco, en Bolivia podríamos tomar esta opción y los candidatos de oposición pudieran adherirse contractualmente a un “decálogo” de principios, que constituyan la esencia de una propuesta alternativa al MAS, inspirados en la Carta Democrática de la OEA (2001). Y durante un año conducirían sus campañas proselitistas para someterse a una “pre-primaria” de oposición, en 2024.

El candidato más votado adquiriría la legitimidad democrática de la preferencia popular y formaría listas de candidaturas respetando le prelación del voto ciudadano, con vistas a constituir un gobierno democrático.

¡Esta pudiera constituirse en la modalidad de “democracia abierta”, para ganarle al MAS en las elecciones de 2025!

Ronald MacLean Abaroa fue alcalde de La Paz y ministro de Estado.

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