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Diciembre

Fabricio Callapa – Ramirez

Me muevo. Percance entre un montón de personas. El sol. Sublimación: transfigurados, y con mayor consistencia visible, se levantan los charcos que ahora son sólo los mosaicos de una plaza. Automóviles van y van, nunca regresarán. Canta con algo de miedo y calma, como si un maleante te sedujera con una navaja o un filoso cuchillo de cocina. Si se vuelve ordinario, poco a poco se revertirá como algo simple, normal. Me apresuro un poco, quizá con bastantes ideas al azar para encontrarse en ningún sitio, intentando atrapar algo o ser atrapado por algo. Un cobijo de árboles cubre rostros con su sombra y los resquicios que deja escapar. Ríe y ríe. El Anciano se sienta con Otro al igual que él, distinto en sí. Lustradores ofrecen su servicio. No, gracias. Ve con los ancianos. Aquellos que se ven iguales y no lo son, no lo son… como estribillo. De pronto, el Anciano por diferenciarse del Otro saca unos lentes culo-de-botella y abre las páginas de un periódico. ¿Indiferencia? Es posible. Al Otro parece incomodarlo. Viejo boludo, gesticula su boca en un signo insonoro. Saca también sus lentes y despliega otro periódico, rancio, la misma fecha que la del Anciano. Ambos trastabillan en su lectura, como si la excesiva medida de sus lentes impidiese todavía más su conexión con las letras impresas. Vie-ji-tos-pul-so-tem-ble-que. Nin-gu-no-quie-re-que-darse atrás. Al habla… a ver, ¡a ver! Caballero sin Caballo. Animal imitador, los hombres son y no parecen. El Otro responde con la misma aseveración: Caballero sin Caballo. Caballo Cabalgado por los años. Adhiere algo más y ya no es copia. Animal que imita al animal siendo más y menos que el animal, no es tan animal como la animalidad de usted, Caballero Cabalgado por los años. Déjeme en paz, Caballero sin Caballo, deje de remedarme. Yo no lo remedo, usted es un remedo de mí. ¿¡YO!? Sería necio decir que ese ¿¡YO!? no contenía las amargas insinuaciones como para el arranque de todas las rabias y colapsar a un anciano con un súper ataque en el corazón de esos que encierran el odio resumido a lo largo de años y años sobrellevados a través de la ridiculez y la_________________. ¿Qué hay detrás de los lentes del Otro –que dice ser imitado e imitador– de diferente con relación al Anciano? Mira, amigo desconocido, yo soy de Sucre y estudié allí hasta salir profesional, soy Contador. He vivido con una familia y he tenido hijos, hijos que se marcharon. Yo soy presa del Olvido, responde el Otro. El Anciano se inquieta y no sabe qué decir. ¡Ahhh!, ves que entonces no somos lo mismo. Optimismo forzado de malos haberes y hábitos y, por si fuera poco, gratis. ¡Soy lo mismo que usted!, Caballero Caballo. Temo que usted está robando mi identidad. Yo soy oriundo de Sucre. Estudié para ser Contador y lo fui. Armé una familia como cualquier otro, tuve hijos que se desperdigaron en el extranjero, como usted dice. Sin embargo, yo tengo algo más que usted: soy presa del Olvido. Alusión morbosa. El Otro se aproxima a oler la piel del Anciano. ¡Yo soy! ¡Yo soy! En la inseguridad, el Anciano extrae una billetera y de ella extiende su carnet de identidad y una fotografía completamente igual a la de su rostro, sólo que con unos 60 años menos. ¡Este soy yo! ¡Y usted nunca lo será! Traigo atrás toda una existencia que me hace único, irreducible a lo que usted piensa que soy yo, apenas un ser viviente como cualquier otro en la tierra. Respuesta: me tiene sin cuidado. Las facciones de su rostro no son ya las mismas. El deterioro pesa en usted, ya nadie se percatará, su desesperación por levantarse y afirmarse por sí mismo lo demuestran. Sobre su identidad, inimitable, inigualable, se posa un ser que se borra como una estatua de arena en erosión, ¿por qué se niega y no admite de una buena vez que usted y yo somos iguales? El Otro detuvo la mano en la cabeza del Anciano. Ya es tu descanso. Un respiro bastó para que desfalleciera profundo en la banqueta, como durmiendo sin dormir.

Foto principal: Henry Ponce

Biografía:

Fabricio Callapa Ramírez (1987, Sucre – Bolivia) Miembro del extinto Taller de Literatura Creativa de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca. Realizó cursos sobre producción audiovisual y guion. Es autor de los libros de cuentos: “Ahora que el espejo ya no recuerda mi forma” y “El fin de los días que conocimos”. De manera conjunta publicó el poemario “Next-Gen”. Participó en el Festival Internacional “Días de Poesía”, la antología de cuentos bolivianos de terror “Gritos Demenciales”, el concurso “Sucre en Micro” y el libro “Sed y Sangre: Antología de Relatos de la Guerra del Chaco”. Actualmente es miembro de la revista artesanal de narrativa “Lluvia Inversa”.

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