Homero Carvalho Oliva
Mitos y leyendas son territorios en los que se confunde la realidad con la ficción, lo sagrado y lo profano, la verdad y la fantasía. La leyenda pertenece al folclore y por ello corresponde a la más enraizada sabiduría popular de una cultura. Es un relato hablado que conserva la tradición de un pueblo y se va enriqueciendo con el tiempo, transfigurándose, porque expresa la relación de los seres humanos con la historia, la naturaleza y el cosmos, pero también con su interior, con su subconsciente.
La cosmovisión andina es una de las más interesantes del mundo, lo mítico y lo místico se confunde con lo religioso de una manera extraordinaria. Los españoles trajeron sus propias cosmovisiones y la religión cristiana; sin embargo, no pudieron extirpar los cultos, creencias y ritos de nuestros pueblos, de tal manera que hubo un poderoso sincretismo en el que, aún, es posible identificar las corrientes americanas y las europeas en los rituales religiosos.
El libro «Culto a los uywiris. Comunicación ritual en Anchallani» de Calixta Choque Churata, publicado en La Paz-Bolivia, por el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología, 2009; Pp. 278, constituye un estudio etnográfico profundo sobre las prácticas rituales y la comunicación simbólica en la comunidad de Anchallani. A través de un trabajo de campo detallado, la autora Choque Churata, destacada investigadora y traductora de origen aymara, nos ofrece una profunda exploración de las prácticas rituales íntimamente ligadas al uywiri, el espíritu protector local. Este texto se convierte en una ventana hacia la cosmovisión de la comunidad de Anchallani, donde los uywiris no solo representan entidades espirituales, sino también lugares sagrados que resguardan a los habitantes, sus cultivos y ganado.
El primer capítulo del libro proporciona un panorama general de Anchallani, abordando su ubicación geográfica, aspectos históricos relevantes y la estructura productiva de su territorio. Posteriormente, el segundo capítulo detalla la organización política de la región, describiendo los distintos cargos de autoridad tanto en el ámbito político como religioso.
Los capítulos 3, 4 y 5 constituyen el núcleo del estudio, documentando el ciclo ritual observado entre febrero de 2003 y febrero de 2004. El tercer capítulo analiza los rituales que comienzan con el Akullja, ceremonia que marca el inicio del barbecho de un aynuqa, extendiéndose hasta el 16 de julio. El cuarto capítulo inicia en agosto, mes considerado una transición entre el cierre y el inicio de un nuevo ciclo, y examina celebraciones como la festividad de la Virgen de las Nieves, extendiéndose hasta Todos Santos. El quinto capítulo cubre desde la celebración de San Andrés, pasando por la Navidad, que, a pesar de la importancia de la Virgen de las Nieves como patrona de Anchallani, es la festividad central de la comunidad, concluyendo con La Candelaria el 2 de febrero, momento en el cual se reanuda el Akullja.
Finalmente, los capítulos 6 y 7 exploran los destinatarios y los múltiples códigos de comunicación presentes en los rituales. Asimismo, la autora presenta sus conclusiones sobre la naturaleza de la comunicación ritual, destacando la manera en que los habitantes de Anchallani establecen un vínculo simbólico con los uywiris a través de sus prácticas ceremoniales.
La escritora e investigadora Alison Spedding, s en el prólogo del libro señala al respecto: “En mientras la comunicación cotidiana se realiza entre humanos, la comunicación ritual incluye participantes no humanos; en el caso de Anchallani, primeramente, los uywiris y los santos católicos. De hecho, formalmente el rito se dirige exclusivamente a éstos, que aquí llamamos destinatarios. A ellos se destinan las ofrendas y las plegarias, cantos u oraciones, es decir, el rito emite mensajes para ellos. A la vez, el rito incluye varios participantes humanos, entre ellos los oficiantes o especialistas (las personas con conocimientos y competencias particulares quienes realizan los actos centrales del rito), los patrocinadores (quienes solicitan y financian el rito) y los acompañantes o público. Dejando de lado la cuestión de si los destinatarios realmente existen o no (que al final sería una cuestión de fe que cada uno puede resolver según su creencia personal), es evidente que los humanos emiten mensajes entre sí en el curso del rito (desde instrucciones y comentarios sobre el rito hasta charlas sobre la vida cotidiana en los ratos de descanso) y que los mensajes emitidos formalmente para los destinatarios también son recibidos por los humanos”.
Este trabajo constituye una valiosa contribución a la antropología andina, ofreciendo una mirada detallada sobre la cosmovisión y las prácticas rituales de una comunidad aymara, reafirmando la importancia de los espacios sagrados y su relación con la vida cotidiana de sus habitantes. La obra de Choque Churata no solo documenta un ciclo ritual, sino que también invita a una reflexión más amplia sobre la relación entre los seres humanos, nuestro entorno y la espiritualidad que nos une.
