Maurizio Bagatin
Invierno, y en el balneario El Carmen un jacaranda ya ha florecido, a su lado lo acompaña las flores de invierno de los tajibos. No vi florecido este año el tajibo amarillo de la Teófilo Vargas. Me olvidé, es la ciudad de la eterna primavera.
Invierno, y un aire de primavera está ya aquí desde hace unos días. Andando en bicicleta, a pesar de lo que respiramos, vemos las hojas abandonas en jardines y, al quitarnos el barbijo, otro aire va penetrando. Cosas del cambio climático, no para todos.
Invierno, con un brote de primavera que deberíamos explicarnos, tal vez hasta entenderlo. Hay que leer más entre las líneas de nuestro andar diario; la nueva normalidad está aquí, como si nunca se hubiera ido. Parece Proust buscando el tiempo perdido sin ninguna madelaine.
Invierno, y no circulan buenas noticias. El Far west avanza por todo lado y parece que la Llajta destinará su basura a una cuenca acuífera. No hay que consultar a nadie por eso. Oscar anuncia que habrá que sacar el hacha de combate antes de una nueva Sand Creek.
Invierno, la marraqueta cuesta sesenta centavos y pesa como una pluma, la harina la importamos de Argentina y ellos ahorran en moneda boliviana; si estuviera Alicia no nos preguntaríamos siquiera ¿Quién robó las tortas?