Luis Fernando Romero Torrejón
Hoy, y de manera sorpresiva, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer los datos inflacionarios de Bolivia al mes de septiembre de 2025. Indican que la inflación mensual fue 0,20%, que representa menos de la cuarta parte de la registrada en agosto. Y que la inflación acumulada fue de 18,33%, apenas 0,24 pp mayor que el mes anterior.
A pesar de ello, la inflación acumulada de septiembre 2025, es la mas alta de los últimos 39 años, comparando con las inflaciones acumuladas de septiembre desde 1987 al 2024. De hecho, es la inflación acumulada mas alta registrada de lo que va el socialismo en el país desde el 2026 hasta el presente.
Con estos últimos datos inflacionarios, estadísticamente se puede hablar de una desaceleración, desde julio a septiembre de 2025. Inclusive apenas en 3 meses la inflación acumulada creció en apenas 1,41 puntos porcentuales. Además, en septiembre las inflaciones por división fuero bajas, en alimentos y bebidas no alcohólicas apenas un 0,30%, alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar (0,84%) y Salud (0,8%). Llama la atención la caída en la inflación en transporte (-0,08%) y en recreación y cultura (-1,08%).
Si bien no se va a cuestionar en este momento la “cuestionable” metodología que usa el INE para medir el IPC o la inflación en la economía boliviana, es evidente que las estadísticas oficiales distan bastante de la realidad económica o de mercado de miles de familias y empresas en el país. “La sensación en el bolsillo es una totalmente diferente”.
En los últimos 3 meses, y mas de agosto a septiembre, no se aplicaron medidas estructurales para frenar o moderar la inflación, ni hubo cambios radicales en los factores que determinan nuestra inflación elevada y sostenida, como ser la escasez de dólares, falta de carburantes, excesivo dinero (pesos bolivianos) en circulación, contrabando a la inversa (bajó relativamente), especulación, baja producción nacional, expectativas inflacionarias, entre otros.
Mas allá del tema estadístico, sin duda una de las tareas fundamentales del nuevo gobierno será controlar la inflación, para evitar mayor devaluación de la moneda local y perdida del poder adquisitivo. Para ello se requiere implementar medidas monetarias y cambiarias sostenibles y factibles, que deben apuntar principalmente, al menos de manera inicial, a reducir la oferta monetaria, emparejar los tipos de cambio del dólar, y garantizar la provisión oportuna de diésel y gasolina a la economía boliviana.
Luis Fernando Romero Torrejón es Economista, investigador y docente universitario