“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada: cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores: cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias mas que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti: cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada.”
Ayn Rand (1905-1982)
Estas lapidarias palabras, expresadas hace como 70 años, describen acertadamente el actual estado del país. No podría decir si nuestra sociedad esta condenada, pero si que esta muy enferma, casi en estado terminal. Nacimos enfermos como nación, pero hace un poco mas de una década, la enfermedad se ha extendido a todo el tejido social. Los otrora llamados “reserva moral de la humanidad”, resultaron ser tan ladrones como el que mas
Y no hablo por hablar. Hace un par de años que me dedico a transitar la parte oriental y sur del país, y en todos lados es lo mismo. No quiero pecar de pesimista, pero sí, soy escéptico. La cosa no marcha, el país esta hecho mierda, con mas plata, pero hecho mierda. He visto municipios donde antes no había nada, y ahora han encementado hasta el potrero. De salud y educación, nada, quizás infraestructura vacía.
Esta forma perversa de hacer política, y de entender el desarrollo, reinaugurada por el MAS, porque no es nueva, nos esta llevando a la debacle total. Hemos dejado escapar una oportunidad más, de esas que se presentan cada siglo, en aras de un caudillo chabacano e ignorante, con ínfulas de grandeza, secundado por una pandilla de cerdos que se dicen progresistas, y que son más “fachos” que Mussolini, con el perdón de mis amigos italianos.
No podemos seguir siendo condescendientes con estos “comemierda”. Todos tenemos amigos “progres”, pero imputémonos, dejemos de ser políticamente correctos, es hora de llamar a las cosas por su nombre. La impostura no nos puede ganar. ¡Los lame bolas son lame bolas y dejémonos de joder! Se dicen soldados de la revolución, ¿cuál revolución?, me pregunto, ¡traficantes de favores!
Estos sonsos de mierda, insultan cada día la inteligencia de los bolivianos, si no es el matemático, es el sapo, y algún que otro comedido parlamentario, a cuál mas imbécil. ¡Basta!