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Antes y Después del 21-F. Política y Democracia en el Estado Plurinacional

 José Orlando Peralta B. / Inmediaciones

El libro de  Fernando Mayorga “Antes y después del referendo, Política y Democracia en el Estado Plurinacional”, es un conjunto de ensayos que analizan el proceso político boliviano comprendido entre los años 2016 y 2019. Su perspectiva analítica va y vuelve entre la sociología y la ciencia política. Esta dinámica interdisciplinaria está acompañada por un enfoque metodológico que identifica actores, estrategias discursivas, recursos de poder, reglas y escenarios en coyunturas criticas entendidas como fase de transformaciones significativas. Así, el autor reconoce que una de las disputas contemporáneas es el sentido o significado de la democracia entre oficialismo y campo opositor.

El acontecimiento político gravitante de este proceso político es el referendo constitucional del 21 de febrero y sus resultados ya conocidos. Mayorga destaca que una de sus consecuencias fue la politización de los sectores sociales urbanos, sobre todo de grupos de profesionales, jóvenes y de sectores de clases medias, que se fortalece con las movilizaciones del rechazo al código penal bajo la égida de la defensa de la democracia. Resalta que sobre todo se trata de un descontento y desafección ciudadana originada en un hecho político -21-F- y no necesariamente por la insatisfacción con la economía.

Ahora bien, para poder encarar con mayor profundidad el libro, a continuación  abordaré dos ensayos que considero relevantes: “Avances y desafíos del Estado Plurinacional”, y “Estado Plurinacional, entre avances, olvidos e impugnaciones”.

En  “Avances y desafíos”, mediante un enfoque conceptual alimentado por los aportes teóricos de  Guillermo O Donell, Luis Tapia, Manuel Antonio Garreton y Fernando Calderón, considera cuatro dimensiones del  Estado: sistema legal, conjunto de burocracias, identidad colectiva, y como filtro que regula los espacios y fronteras, reconoce que la nacionalización otorgó una determinada autonomía relativa respecto a las transnacionales. De esta forma se constituye una matriz socio- política que implica el vínculo entre Estado, sistema de representación política y estructura socio-económica que inciden en el comportamiento de actores sociales con intereses y valores. De ahí que, el desafío es cómo el Estado se pueda constituir  en un Estado bisagra que juegue entre lo interno y lo externo.

De acuerdo a lo planteado por Fernando Calderón, Mayorga proyecta una idea que aclara el vínculo inobjetable entre los proyectos políticos del MNR y el MAS: “Esta interpretación destaca un aspecto del estado boliviano que no remite necesariamente a su carácter plurinacional sino pone de manifiesto la continuidad histórica del actual proceso de cambio respecto a la revolución nacionalista de 1952 y al nacionalismo revolucionario como doctrina de fortalecimiento del Estado en consonancia con las nociones de soberanía e independencia, anticolonialismo y antiimperialismo, invocadas por el MAS.” Vale decir, una suerte de hilo rojo entre el nacionalismo revolucionario y el proceso de cambio.

Respecto a la pregunta: ¿Transición o construcción estatal?, la respuesta del autor es denotativa, a saber: “En el caso boliviano se han transmutado las ideas de nación democracia y ciudadanía como parte de una fase que debe ser analizada en clave de continuidad histórica puesto  que no se trata de una refundación del Estado sino de una transformación institucional en varios niveles del Estado. En ese sentido se trata de una combinación entre sustitución, transición y construcción de instituciones y/o agencias estatales, lo que implica también una mezcla de adaptación e innovación institucional, por ende, orden y cambio”.

Concluye el ensayo con la idea de  la configuración del estado plurinacional es minimalista, y además, es necesario precisar en qué circunstancias se puede decir que es transición, reforma o innovación. Así mismo, se debe tener en cuenta que el contexto indica rezagos estructurales, debilidad institucional e ineficiencia burocrática, sin perder la perspectiva que se trata de un proceso de continuidad histórica.

“Entre avances, olvidos e impugnaciones”, identifica tres dimensiones: incertidumbre, conflictos y reformas institucionales. La delimitación temporal de los acontecimientos políticos la propone de la siguiente forma: sentencia constitucional que habilita el binomio Morales-García: noviembre 2017; rechazo al código penal y marchas y bloqueos por el segundo aniversario del 21-F: enero-febrero 2018; promulgación de la LOP: septiembre 2018; disputa por el significado de la democracia entre el oficialismo y oposición: octubre 2018; movilizaciones, paro cívico nacional y resolución administrativa del TSE que habilita a 8 binomios para las elecciones primarias: diciembre 2018.

Bajo este contexto, evalúa los rasgos del régimen político boliviano teniendo en cuenta que el clivaje democracia vs dictadura se impuso en el campo discursivo. Ahora bien, una de las instituciones mayormente cuestionadas es el TSE que se manifiesta en una suerte de fuego cruzado entre el oficialismo y oposición: limitar su trabajo a mera administración vs exigencia de un protagonismo de poder institucional para inhabilitar a Morales Ayma.

Entre uno de los cambios institucionales que identifica es el referente a la Ley de Organizaciones Políticas. En sus palabras “La implementación de la LOP reafirma la centralidad de los partidos en el sistema de representación política y la sentencia constitucional que dispone la reelección indefinida de los cargos políticos afecta el modo presidencialista del manejo del gobierno”. “Es decir, no existen voces –excepto la del propio órgano electoral- que enfaticen en la importancia de los avances en la implementación del nuevo diseño del modelo de democracia o que evalúen los efectos políticos e institucionales –a mediano y largo plazo- de la LOP y la sentencia constitucional 0084”.

Un aspecto a destacar es su crítica perspicaz al cambio institucional consecuente: la incorporación de una norma que incide decisivamente en la conducta y estrategia de los actores políticos fue el resultado de un cálculo específico y no un diseño institucional, por lo tanto, sus consecuencias son imprevisibles y pueden ser contrarias al logro de su objetivo.

Con respecto al olvido, considera que el gobierno adolece de una política que de forma sistemática fortalezca y ajuste el Estado plurinacional como modelo estatal. Considera que el debate actual se centra en la habilitación de Morales por parte del oficialismo, y la consigna de la recuperación de la democracia por la oposición. Así, el MAS tiene como prioridad discursiva resaltar la estabilidad económica y reducción de la pobreza para justificar la cuarta postulación.

Sobre las impugnaciones, trae a colación los discursos de los  candidatos opositores  como son los casos de Mesa, Cárdenas, Paz Zamora y Ortiz, quienes tienen en común un tópico en sus relatos de interpelación: plantean a la República como antípoda del Estado plurinacional.

En su balance final sintetiza que “el Estado Plurinacional no es objeto  de reflexión ni evaluación para proponer ajustes y modificaciones, al contrario, está invisibilizado en el discurso oficialista y cuestionado por una diversidad de actores del campo opositor”.

Considero que el trabajo de Fernando Mayorga es un producto académico de alta gama porque otorga un análisis del decurso del proceso político boliviano de los pasados tres años en clave neo institucional. Sus herramientas conceptuales son definidas de manera clara y sistemática  con sólidos argumentos teórico y empíricos.

Sin embargo, no existe una crítica a la corrupción como un fenómeno que arrecia en casi todos los gobiernos latinoamericanos. Un problema estructural en la gestión del Estado que, allende la posición ideológica de los gobernantes, es una causa que provoca descontento político en los sectores populares y principalmente clases medias urbanas.

En conclusión, su lectura es recomendable para todo aquel que quiera y necesite comprender el proceso político boliviano de los pasados tres años desde una perspectiva analítica-conceptual, una ayuda para orientarse en el decurso de la coyuntura pre-electoral que se inició el 27 de enero y culminará el 20 de octubre del presente año.  


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