Unidades educativas fiscales y privadas de Bolivia iniciarán las vacaciones de invierno el 1 de julio, descanso pedagógico que se programa de acuerdo a las condiciones del clima y epidemiológicas y cada año se estima tienen duración de dos semanas.
Especialistas en psicopedagogía señalan que las vacaciones de invierno poseen dos funciones principales: la primera es la sanitaria, porque en estos tiempos de post pandemia y con el cambio climático que provoca grandes descensos de temperatura, implica el control de infectados diarios e interrumpir la asistencia a los centros educativos para cortar la cadena del contagio.
La segunda función se relaciona con la necesidad de un respiro lo cual significa que los estudiantes no deben ser agobiados con tareas ni actividades que no les guste; sino despejar la mente y descansar, conectados con los contenidos de otra manera, dejando de lado -en lo posible- todo tipo de pantallas y dispositivos electrónicos.
Cuando la falta de concentración, desgano, desmotivación y cansancio se apoderan de los alumnos, varios psicólogos y pedagogos señalan que existe necesidad indudable de otorgar vacaciones escolares en los establecimientos educativos.
Los expertos añaden que el descanso invita a cultivar otras habilidades que son igual de significativas que las escolares como la socialización compartiendo con los amigos; creatividad desarrollando alguna actividad de interés o aprender a tocar un instrumento. Lo importante es el desarrollo integral incentivando a buscar propios intereses.
A veces, los padres de familia organizan el tiempo de las vacaciones como si fuera época de clases. El valor pedagógico de esa temporada significa realizar actividades que no sean normadas por los adultos; sin embargo, los tutores se sobreexigen para llevarlos a sus hijos a todos lados por el temor a la mala inversión del tiempo libre.
Otro factor que se debe tomar en cuenta al programar las vacaciones es que el clima en varios departamentos del país cambió a tal extremo -desde hace varios años atrás- que es necesario ampliarlas una semana, entonces ¿por qué no establecerlas 3 semanas de forma definitiva? Adicionalmente, en alguna medida pueden controlarse los resfríos, evitando que los niños y adolescentes acudan a sus respectivas aulas.
Aumentar cinco días más de vacaciones, no afecta al calendario escolar ni al aprendizaje de alumnos que requieren más calidad que cantidad de estudios. Mayor descanso pedagógico constituye un factor esencial para superar la fatiga mental y física así -también- los alumnos se liberan de cargar pesadas y molestas mochilas, un buen tiempo.
Otro aspecto positivo de disponer del tiempo de descanso determinado desde un inicio con 3 semanas, es que se pueden planificar los días de mejor manera con lecturas interesantes; actividades deportivas o de entretenimiento; visitas a parques, teatros y museos o -si existen posibilidades- un viaje.
El estrés que se genera en el Ministerio de Educación para cumplir los 200 días de trabajo en el calendario escolar, no se justifica porque en muchos otros países del mundo se dan entre 175 y 180 días en total y los resultados académicos son de lejos, mejores.
En Bolivia, falta mucho camino por recorrer para que se comprenda que en educación cantidad de tareas y días de clases, no siempre dará como resultado calidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La Ley de la Educación “Avelino Siñani – Elizardo Pérez” (Ley 070) promulgada el 20 de diciembre de 2010, no hace mención a las vacaciones de invierno y estas son reglamentadas año tras año según el clima y regiones del país, generando siempre ansiedad en familias enteras.
Para las personas que tienen planes de viajes, sería ideal conocer desde un principio la disponibilidad de tiempo para realizarlos con tranquilidad. El área gubernamental encargada del turismo en Bolivia -la cual no es mencionada de forma explícita en ningún ministerio- se tendría que encargar de promocionar atractivos del país para recibir visitantes tanto nacionales como internacionales.
La Región, periódico de medioambiente y turismo en Bolivia señala en uno de sus artículos que es importante pensar en el mercado interno para el turismo, porque tiene la alternativa de recuperar la confianza en un tiempo más próximo, movilizando y redistribuyendo recursos al interior de la economía. Y en estos tiempos en los que se sufre de una crisis encubierta, se debería contar con planes de turismo a muchos lugares del país.
Para la Organización Mundial del Turismo cada vez un mayor número de países está adoptando medidas para hacer crecer sus mercados, impulsando iniciativas destinadas a estimular la demanda interna. Entre ellas figuran programas centrados en la comercialización y la promoción, así como en los incentivos financieros.
Teniendo cerca y en todos los departamentos lugares hermosos, el turismo interno representa una oportunidad clave para reactivar la economía y es algo en lo que el gobierno debe poner su máxima atención junto al sector hotelero monitoreando y evaluando continuamente la situación epidemiológica para ajustar las medidas según sean necesarias para garantizar una temporada de vacaciones segura y agradable.
De una vez por todas que las vacaciones de invierno en Bolivia sean de tres semanas porque son cruciales tanto para la salud como para el bienestar pedagógico de los estudiantes. Estas semanas de descanso no solo ayudan a interrumpir cadenas de contagio; sino que también proporcionan un respiro necesario para los alumnos, fomentando el desarrollo integral y la creatividad fuera del entorno académico tradicional.
Además, la planificación adecuada de este período puede contribuir a revitalizar el turismo interno, ofreciendo un impulso significativo a la economía nacional. Ojalá las autoridades educativas y turísticas coordinen para establecer un calendario de vacaciones más flexible y prolongado.