Sisinia Anze Terán
Doy la espalda a la luz prometedora,
hacia la oscuridad imprevista me dirijo;
no llevo mis pasos a un punto fijo
ni me cuestiono el minuto ni la hora.

Agonizante yace la mente creadora;
su obra del pasado, inservible amasijo
de experiencias y doctrinas; hoy elijo
boca que calla y sabiduría que ignora.

El fulgor me ha abrasado la mirada;
ya no consigo mirar, ni afuera hay nada,
estoy cayendo al abismo del olvido.

En su oscuridad perecerán mis pasos;
no me concernirán ni victorias ni fracasos,
hoy estoy, pero llevo el corazón herido.
