Al envejecer
Karla Gabriela Barajas Ramos – México
Lloró por él y rogó en vano: “¡No me abandones!”, pero su hijo también la dejó.
Louvre
Mauricio Albeiro Montoya Vásquez – Colombia
El panfleto anunciaba que el 8 de noviembre se abrirían las puertas de un nuevo museo en París.
Los visitantes que recorrieron el lugar el día de su apertura salieron decepcionados, pues no vieron por ninguna parte las cabezas de Luis XVI y María Antonieta.
Descubrimiento final
Juan Martínez Reyes – Perú
A través de su vasta lectura, el maestro, le explicó que después de la muerte, conocería el cielo o el infierno, dependiendo de sus actos. Él siempre quiso comprobar si eso era cierto, y constantemente pensaba en ello. Al morir, descubrió que no había ni paraíso ni averno. Sólo existía la nada.
La última taza
Jorge Larrea Mendieta – Bolivia
Cada mañana, ella preparaba dos cafés. Uno para ella, otro para él. Aunque él ya no estaba. No era costumbre, era ritual. Lo dejaba enfriar junto a la ventana, como si el aroma pudiera alcanzarlo. Una vez, creyó ver que alguien lo había bebido. No dijo nada. Solo sonrió. Y al día siguiente, volvió a preparar dos.
Descubrimiento
Hugo Vargas – Argentina
La tormenta arreciaba dejando oír el repiquetear de las gotas sobre el viejo tejado de la casa. De pronto, la poca luz del cuarto se fue súbitamente dejando en total oscuridad la habitación. Unos pasos se oyeron detrás de la puerta. Al acercarme una hoja se deslizó por debajo. Para cuando logré abrir el silencio de la noche llenaba la casona. A mis pies la hoja esperaba allí revelar una verdad que no esperaba. La tomé, cerré con llave y volví al cuarto. Coloqué la carta junto a la tenue luz de una vela y la abrí: “Eres un fantasma”.