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Más de 3.000 hectáreas quemadas en Ñembi Guasu: emergencia ambiental en el Chaco

Inmediaciones

La autonomía indígena Charagua Iyambae declaró oficialmente desastre municipal debido al incendio forestal que afecta la reserva de conservación Ñembi Guasu. La medida fue adoptada mediante la aprobación de la Ley Autonómica N° 07/2025, en respuesta a un siniestro que se encuentra activo desde el domingo 31 de agosto, cuando se inició en el municipio de Roboré y se expandió rápidamente hacia territorio indígena. Hasta la fecha, se estima que más de 3.000 hectáreas de bosque chaqueño han sido consumidas por el fuego.

Ubicación estratégica y valor ecológico

Ñembi Guasu es una reserva de conservación ubicada en el municipio de Charagua, departamento de Santa Cruz. Forma parte de un corredor ecológico que conecta tres regiones clave: el Gran Chaco, la Chiquitanía y el Pantanal. Fue reconocida en 2019 como área protegida bajo administración indígena, convirtiéndose en una de las pocas reservas de este tipo en América Latina.

Su conservación es esencial para la conectividad biológica, la regulación hídrica y la mitigación del cambio climático. Además, representa un modelo de gestión territorial basado en saberes ancestrales, gobernanza autónoma y protección comunitaria.

Impacto sobre la biodiversidad

El incendio amenaza directamente a varias especies vulnerables y en peligro de extinción que habitan en Ñembi Guasu, entre ellas:

•  Jaguar (Panthera onca): especie emblemática del Chaco, en estado vulnerable según la UICN.

• Tapir sudamericano (Tapirus terrestris): afectado por la pérdida de hábitat y la fragmentación del bosque.

• Oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla): especie en peligro, sensible al fuego y al desplazamiento forzado.

• Pecarí del Chaco (Catagonus wagneri): en peligro crítico, endémico de esta región.

También se reporta riesgo para aves rapaces, reptiles, anfibios y polinizadores, muchos de ellos con distribución restringida y sin capacidad de escape ante incendios. La pérdida de cobertura vegetal compromete además microorganismos del suelo y especies vegetales únicas que cumplen funciones ecológicas clave.

Activación del COE y respuesta comunitaria

Tras la declaratoria de desastre, se activó el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) local, que coordina acciones con brigadas comunitarias, bomberos voluntarios, guardaparques y organizaciones ambientales. Más de 150 personas trabajan en la zona afectada, enfrentando condiciones adversas como altas temperaturas, vientos cambiantes y escasez de recursos logísticos.

Autoridades locales denuncian la falta de apoyo del gobierno central, incluyendo la ausencia de helicópteros cisterna, maquinaria pesada y combustible para las brigadas. En este contexto, Alejandro Arambiza, representante de la comunidad Ñembi Misi, dijo: “Estamos solos frente al fuego”, mientras las llamas consumían el bosque chaqueño sin que llegara ayuda estatal.

Reacciones institucionales y sociales

La senadora Cecilia Requena se pronunció públicamente, señalando que “el gobierno no ha enviado ni un helicóptero, pese a que se trata de una reserva reconocida internacionalmente”. Diversos colectivos ambientales han exigido una intervención urgente y sostenida, alertando sobre el riesgo de pérdida irreversible de biodiversidad y el debilitamiento de los sistemas de gobernanza indígena.

Antecedentes del problema

Ñembi Guasu ha enfrentado incendios graves en años anteriores:

• En 2019, se quemó aproximadamente el 30% de su territorio, lo que equivale a más de 360.000 hectáreas.

• En 2021, el fuego afectó cerca de 600.000 hectáreas, es decir, aproximadamente la mitad de la superficie total de la reserva.

• En 2024, aunque el incendio fue contenido por brigadas comunitarias y guardaparques, se reportaron decenas de miles de hectáreas afectadas, en menor proporción que en años anteriores.

Las causas principales han sido quemas ilegales, expansión agropecuaria y asentamientos humanos no autorizados, que continúan generando presión sobre el área protegida. En enero de 2025, el Juzgado Agroambiental dictó una sentencia que ratificó la “pausa ecológica” en Ñembi Guasu, prohibiendo nuevos desmontes, chaqueos y asentamientos. Sin embargo, el cumplimiento ha sido parcial, y el incendio actual evidencia la fragilidad de la protección legal frente a la realidad territorial.

Perspectivas y desafíos

La declaratoria de desastre busca movilizar recursos, activar cooperación interinstitucional y visibilizar la emergencia ambiental que atraviesa Ñembi Guasu. Sin embargo, el fuego continúa avanzando, y la respuesta estatal sigue siendo limitada.

La situación exige no solo atención inmediata, sino también una revisión profunda de las políticas de gestión territorial, fortalecimiento de la gobernanza indígena y respeto efectivo a los derechos de los pueblos originarios. Ñembi Guasu no es solo una reserva: es un símbolo de resistencia, biodiversidad y futuro.

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