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Hongos electorales

Después de los festejos por el advenimiento del año nuevo, en la política nacional emerge con fuerza una paradoja: la aparición de candidatos presidenciales propios de una democracia junto a medidas gubernamentales que reafirman a la dictadura que, por lo visto, dirigirá, controlará y llevará adelante el proceso electoral. Como van las cosas se esta dejando en manos de los fraudulentos esta tarea.  

Varios ciudadanos han decidido lanzarse al ruedo  electoral, ficticiamente democrático. Como la vanidad es propia del ser humano, desde hace varios meses está de moda y promete prolongarse por muchos más, una suerte de candidatitis aguda. 

Lo hacen porque es un derecho político pueden ser electores o elegidos a partir de los 18 años, el resto no importa, con que tengan las ganas necesarias, unos cuántos dólares en el bolsillo y un par de amigos campañeros, es suficiente. Es innecesario tener formación alguna, peor aún experiencia política, por ningún motivo se tiene que hablar de partido ni causa política, eso sí, deben contar con algunas habilidades como cantar, bailar, contar chistes, tocar algún instrumento, actuar, ser goleador, etc.

La hoja de vida de los aspirantes no debe pasar de cuatro líneas, en ella   debe constar que jamás ocuparon un cargo público, ni leyeron libro alguno que los induzca a pensar en el país, ah deben estar a la moda y ser tiktokeros así se muestren imbéciles de solemnidad, no faltará alguien que se solace, los más entusiastas se regodean de ser liberales, admiran y añoran a Milei y Bukele porque es chic, en su afán renovador desprecian sin mayor reflexión el peso de la historia y a los actores políticos del pasado, su caja craneal está ocupada por su hígado, para su tranquilidad la democracia está ahí, es parte del paisaje al igual que la dictadura, la crisis generalizada podrá esperar porque será resuelta con el voto ciudadano, no importa ir a las urnas en medio de la incertidumbre y la desconfianza.

En esta línea, importantes consignas van quedando en la cuerda floja, la unidad de las fuerzas opositoras sobre la base de una causa resultó ser una quimera,  algunos de sus impulsores más fervientes abrazan ahora la promoción de sondeos que inclinen la balanza en favor de algún mesías al que los ciudadanos tendrán que adherirse resignados, su lucha contra el autoritarismo ha desaparecido, ahora se concentran en soliviantar la contradicción dinosaurios vs pipiolos y ni siquiera plantean una tenue linea divisoria entre opositores y satélites del gobierno. Todo vale.

En general,  el planteamiento estrella es achicar el estado reduciendo el número de funcionarios públicos, de acuerdo ¿pero sólo eso? No tocan para nada el fracaso del estado plurinacional que llegó a su fin, no se conmueven ante la necesidad de vislumbrar un modelo estatal alternativo, pasan por alto la agresión que sufre  la república cuando más bien ha llegado la hora de reivindicarla -es el año del Bicentenario- e instalar una institucionalidad a tono con la  democracia plena, temen hablar de las diferencias producidas por lo pluri   que nos deja la pesada herencia  de un país dividido con prácticas racistas y discriminadoras inducidas desde el poder político, la urgencia de considerar a la nación como un factor cohesionador que articule nuestra rica diversidad cultural no esta dentro de sus prioridades. 

La simplona exigencia de renovación generacional es distractiva porque lo que debe renovarse básicamente son las ideas que nos permitan abrazar el siglo XXI y  los grandes cambios producidos en el mundo al margen de dogmas e ideologías ortodoxas  y fundamentalistas.

El surgimiento de candidatos como hongos debería ser motivo para que la ciudadanía les demande propuestas de largo aliento en la resolución de los principales problemas al margen de alucinaciones propias de la época nefasta abierta por los neopopulistas. 

Confrontar la crisis económica, social, política y moral requiere de una sólida conducción no de una persona sino de equipos especializados en el manejo de la cosa pública y de servidores públicos comprometidos con valores y principios democráticos. 

Ser candidato es algo más que un derecho es una responsabilidad del más alto nivel, es un tarea combativa en todos los frentes. 

Quienes suponen que gobernar es enriquecerse, estar en finos cócteles, viajar por el mundo, disponer de vehículos y aviones, estar rodeados de funcionarios adulones o conquistar alguna que otra belleza amazónica, esta equivocado y no sirve.

Es la hora del sacrificio y la entrega total al país, deben acabarse los privilegios de los gobernantes cualquiera sea su signo.

Sucre, 5 de enero de 2025

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