Luis Fernando Romero Torrejón
Hace muy poco, el Banco Mundial ha publicado su último informe especializado económico para Latinoamérica y el Caribe, denominado “Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento”. En el cual estima que la región va a crecer en su economía este 2024, en un 1,9%, mejorando la primera perspectiva que había dado este organismo internacional de 1,6%. Asi mismo, se proyecta que la región, el año 2025, va a recuperar su dinamismo económico, llegando a tener una cifra del 2,6%. Sin embargo, su rendimiento frente a otras regiones del mundo es bajo para este 2024. Su crecimiento económico promedio, del 2010 al 2014, fue cerca de un 4%, por lo tanto, estamos distantes de esos niveles más óptimos.
BOLIVIA, según este informe, estima que su economía crecerá este 2024 en un 1,4%, reconfirmando la primera proyección hecha este año. Las proyecciones de crecimiento económico para el 2024 y 2025 son de 1,5% respectivamente, lo cual indicaría un posible estancamiento en el dinamismo de su PIB real.
Esto ubica a nuestro país, en el 3er puesto de menor crecimiento económico de toda Latinoamérica y el Caribe, después de Ecuador (0,3%) y Jamaica (0,8%). Se recalca que las únicas económicas de la región que se estima que decrezcan, según el Banco Mundial este 2024, son Haití (-4,2%) y Argentina (-3,5%), cuyas naciones están azotas por una crisis económica, con un costo social muy elevado, la pobreza.
La CEPAL y el FMI estimaron que Bolivia para este 2024 tendría un crecimiento económico de 1,7% y 1,6% respectivamente, y ahora el Banco Mundial mantuvo su proyección de solo un 1,4%. El gobierno nacional, planteo una meta para esta gestión de 3,71%, sin embargo, todas las proyecciones apuntan a que creceremos menos de la mitad de lo proyectado.
Con la actual crisis fiscal, como causa principal, y con sus secuelas a nivel de un comercio exterior deteriorado, reservas internacionales al límite, desequilibrio en el mercado de divisas, y una deuda externa creciente para seguir financiado el gasto público, ha dado lugar a una coyuntura donde el desabastecimiento de carburantes, escasez de dólares y mayor inflación, es pan de cada día. Estas condiciones, sumado a la crisis política e institucional, ingobernabilidad, poca sinergia con el sector privado, desastres naturales y ambientales, y un contexto externo adverso y con mucha incertidumbre, limitarán en demasía nuestro crecimiento económico para este 2024, con riesgos de default, crisis de balanza de pagos y devaluación sino se toman medidas estructurales para reajustar estos desequilibrios a corto plazo. ¿Estamos a pocos pasos de una ESTANFLACIÓN?
Luis Fernando Romero Torrejón es Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija