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La prensa independiente y su larga agonía

Carlos Decker-Molina

En mi larga vida de periodista he visto morir a muchos medios de prensa. Hay muertes que duelen más otras, pero hay algunas que despiertan no sólo dolor sino bronca, rabia por la impotencia de no poder hacer nada, ese sería el caso de Página 7 de Bolivia.

Si la función del cuarto poder del estado es controlar y criticar a los otros poderes, la desaparición de un medio es dejar sin controles a ese estado que, poco a poco, se convierte en dictadura. Últimamente nace en los pliegues del autoritarismo elegido en las urnas y no de las entrañas de un golpe militar. Y, no solo eso. Se deja el campo abierto a las mentiras que pululan los medios sociales y a la difusión de la opinión de los ideólogos de la conspiración que habitan la misma patria cibernética.

El poder quiere que su monologo sea escuchado como si fuese un diálogo, por eso, hay medios que sin ser oficialistas se disfrazan de independientes para hacer coro al poder y apoyar el monólogo gubernamental.

El disfraz se explica en la compra de medios por empresarios o “palos blancos” que comienzan la trayectoria de la mentira haciendo creer que son empresarios no ligados al poder, cuando en el fondo, han recibido incluso medios económicos de ese poder.

Esto que relato lo he visto después de la guerra de Yugoslavia, la nueva prensa o es adepta al gobierno de turno de la nueva república o simplemente cierra porque no resiste más el embate económico y financiero como el ataque ideológico o político de los “intelectuales del unívoco”, los del mismo sonido, los repetidores de la misma melodía religiosa o ideológica.

Cuando dejé Argentina en los 70, se leía La Opinión, un gran diario, una suerte de Le Monde argentino y, en el interior del país, había en cada provincia uno o dos diarios, por ejemplo, en Salta coexistían El Intransigente y el Tribuno, éste último más poderoso porque el capitalista Roberto Romero, detrás del proyecto, era más rico que el grupo de quijotes, también capitalistas del agro, detrás de El Intransigente. Trabajé un mes en el Tribuno y un par de años en El Intransigente que luego fue enterrado con glorias y réquiems, en ese tiempo ya radicaba en Estocolmo. Me dolió ese cierre por el “el flaco” Plaza mi jefe de redacción se quedaba sin trabajo, fue el que me dejó inventar un suplemento de la mujer donde el único que escribía era un hombre. 

Cuando llegué a Suecia me admiré de la cantidad de diarios que había. Unos eran los diarios nacionales y otros los regionales, incluso había (todavía hay en algunos barrios) una prensa lugareña, por ejemplo, el semanario de mi zona se llama “Mitt i Vasastan” y sigue activo, aunque desmejorado en cuanto a la cobertura informativa.

Mi primera nota (traducida por un amigo sueco) publicada en Suecia fue en el Kronobergs tidningen de Småland, hoy no existe más igual que la llamada prensa de los trabajadores fundada en 1947 y fallecida en 1992. Justo en esa época un capitalista subvencionó a uno de esos diarios de carácter socialdemócrata para que su ciudad no carezca de la “otra opinión” que, en todo caso estaba más cerca a sus intereses de capitalista, pero, en Suecia hay capitalistas democráticos que también están muriendo frente al avasallamiento del capitalismo financiero, tan caro al neoliberalismo que provocó el olvido del capitalismo humanista con matices calvinistas y luteranos.

En Chile, ya el golpe del 1973 se tragó prensa diaria, radios y revistas, recuerdan ¿Punto Final? o de la gran revista Hechos Mundiales. Argentina perdió diarios y revista de primera como Crítica, Estrategia, Cuestionario, Crisis, ésta última intentó resurgir junto a la democracia revivida o la grandiosa revista Marcha de Uruguay que luego resurgió con el nombre de Brecha y que hoy está cerrada.

Han muerto grandes revistas a lo largo de estos últimos treinta años: El Newsweek (USA), Cambio 16, Vanguardia (España) Semana (Colombia) para citar solo algunos medios.

En Bolivia, país de mi origen, han cerrado Presencia, Jornada, Hoy, Ultima hora y algunos otros del interior y últimamente Página 7.

¿Por qué se cierran los diarios?

1 – Financiamiento.

Un diario es un tremendo aparato humano, técnico y administrativo. Se necesitan varios capitalistas quijotes, pero sobre todo democráticos, modernos y “revolucionarios” en los ámbitos culturales.

El capitalismo, cada vez más entrelazado, podría ser una solución, hubo intentos cuando el Grupo Prisa compró algunos diarios de América latina o Rupert Murdoch compró la prensa amarilla de Inglaterra y la de EE. UU. Las utilidades siempre varían entre los capitalistas inversores de medios; los propósitos de la empresa española no eran los de Murdoch.

2 – Boicot del gobierno de turno.

En algunos países, los que importan papel, el gobierno suele jugar con las entregas, “entrega a condición de …” Lo mismo pasa con la publicidad estatal. Hay un control semi legal.

3 – Menos lectores.

Las sociedades tienen cada vez menos lectores, es decir los ciudadanos ya no compran diarios ni revistas. O son sociedades con un grado elevado de analfabetismo, gente que “apenas lee” y además pobre que no tiene dinero para darse el “lujo de leer”. Y … en algunos países donde no había analfabetismo han aparecido los analfabetos funcionales, los hay tanto en América latina como en las barriadas de inmigrantes de Europa.

4 – La ideología, no confundir con la política.

En los años de la Guerra Fría (GF) los soviéticos en algunos países más que en otros, ayudaban con inversiones, trabajaban con empresarios progresistas (Venezuela y Argentina de los 50-60) o simples “palos blancos”. Además, la intelectualidad que estaba – en aquel entonces – vinculada a la izquierda, no pertenecía a la clase proletaria sino a la pequeña burguesía o, en algunos casos a la burguesía nacional que pudo tener contradicciones con el capitalismo internacional, invertía “por si acaso” en medios con tintes de izquierda, socialista o social liberales. Idea que confirmé a mi paso por Venezuela en los 80.

En ese tiempo la contrapartida la jugó la iglesia y fue la gran promotora de una prensa objetiva que competía con la izquierda y incluso con el liberalismo o conservadurismo de algunos medios, pero, a la iglesia también le apareció la pata izquierda en plena Guerra Fría, hizo posible la contradicción entre la iglesia de los pobres y desamparados y la otra, la reaccionaria, la papista y conservadora.

Había miedo al comunismo por eso ciertos sectores de la burguesía nacional y de la iglesia se alineaban a tesituras progresistas para “atemperar” el embate soviético en el mundo “libre” y se autodefinían como “nacionalistas de izquierda”, “cristianos rebeldes” o simplemente “medios alternativos”. Se competía en malas condiciones, pero, no se ejercitaba la censura y el cierre doloso provocado por el estado, siempre y cuando no fueran los militares golpistas. La GR tenía, de alguna manera, su propia moral.  

El doble ejemplo de Cuba

Cuba dio el ejemplo en América latina, nació la revolución con una extraordinaria revista dirigida por Carlos Franqui, Pensamiento Crítico. Fue un lapso breve porque la otra enseñanza fue la uniformidad de opinión, la censura y, en el caso de Franqui, el exilio. El partido comunista cubano se apoderó de la revolución e importó el modo soviético de hacer política de medios. Cuando llegué por primera vez a La Habana y leí el Granma, un colega argentino me previno, “leerás el Pravda, pero, azucarado”.  

En esa etapa nadie podía imaginar la irrupción de Internet o la desaparición de la URSS. La China era más pobre que Yugoslavia en términos reales, fueron hechos que inspiraron a Henry Kissinger que llevó a cabo la triangulación y reconoció a la China para alejarla de Moscú.

La prensa, en ese entonces, se debatía entre ser o no ser. Las agencias de prensa en su mayoría eran brazos extendidos de intereses de estados grandes como los de Washington, Londres o Moscú, incluso Shinhua la agencia china o Prensa Latina de Cuba iniciaron la disputa ideológica en aquellos años de la gran controversia mundial. Las agencias más objetivas resultaron ser las europeas como la DPA alemana, Ansa italiana o Inter Press Service que con el tiempo se convirtió en cooperativa, incluso la inglesa Reuters era mejor que los brazos ideológicos de Washington y Moscú.

Personalmente estuve en un encuentro mundial sobre información en Estocolmo el año 1980 donde aparecieron los primeros combates por una prensa menos teñida de ideología. Un año antes (1979) se produjo la revolución de Irán y la llegada del Ayatola Jomeini al poder y el automático cierre de todos los medios de prensa, esta vez no serian ni comunistas ni capitalistas sino islamitas. La religión tomó el mando de los tres poderes del estado y también del cuarto. Hoy sigue la oscuridad “iluminando” a los persas.

Para Umberto Eco la crisis del periodismo empezó en los años cincuenta y sesenta, época en que irrumpió la televisión. “Hasta entonces – dice Eco – el periódico te contaba lo que pasaba en la tarde, por eso se llamaban vespertinos. Desde la entrada de la televisión al hogar, el periódico te dice por la mañana lo que ya sabías”.

Para el mismo autor italiano, la prensa tenía que ser de “color” es decir, el gobierno de una sociedad democrática debe tolerar a diarios de izquierda, conservadores, cristianos y amarillos. “El lector decide qué leer”.

Esa interesante esa competencia ideológica, la vi personalmente en aquel Chile democrático de los 70. El Siglo diario comunista, El Mercurio diario conservador, Noticias de Última hora vinculado al Partido socialista y Punto Final alineado con Cuba.

En esos tiempos se decía que la CIA pagaba a los diarios de derecha y la KGB a los diarios de izquierda o el papado a los medios católicos. Nunca se comprobó, pero hay documentación de que ambas agencias de inteligencia y la iglesia tenían influencia ideológica y algunas pocas veces monetaria.

Cuando retornó la democracia en América latina luego del colapso de la URSS y la desaparición del “peligro comunista”, la prensa en “todo lado” y sobre todo en el continente latinoamericano lució democrática, profesional en el sentido de mirar las cosas sin las anteojeras de la ideología, objetiva hasta donde se puede; una prensa guiadora del pensamiento, bajo el principio de que el periodismo no transforma la sociedad, solamente relata e informa, ilustra y abre senderos de pensamiento, porque esas son raíces filosóficas.

Esto que describo también pasó en Rusia, un lapso corto durante el gobierno de Yeltsin.

No sé si Putin o los gemelos polacos fueron los primeros en re implementar el control del estado y de paso de la prensa

Recuerdo una nota que la tengo en mi archivo, escrita por Timothy Garton Ash.

El inglés recuerda que desde Irlanda del Norte hasta Ruanda pasando por Kosovo y Timor Oriental se enfrentan a la historia: ¿Cómo abordar un pasado difícil? Olvidar o recurrir a purgas, juicios, comisiones de la verdad o simplemente publicar los archivos.

Los gemelos Kaczynski (nacionalistas de derecha, tremendamente católicos) de Polonia asumieron el poder y decidieron una revolución cultural. Hoy, esa “revolución” se hace en gran parte de países con pasados trágicos.

El gobierno de los gemelos votó una ley llamada Lustración, originalmente un término romano que designaba una purificación ritual. La intención de los gemelos (uno murió en un accidente aéreo) fue “eliminar el veneno rojo de la vida pública del país”. Se iniciaron procesos para investigar a las personas que ocupaban cargos públicos para saber si colaboraron con el régimen comunista, especialmente en los servicios secretos.

La meta de los nacionalistas de Polonia era no solo eliminar del servicio público a los comunistas sino a los liberales de izquierda del sindicato Solidaridad y sus aliados socialistas democráticos que hicieron posible en 1989 una transición pacífica cuando negociaron con los comunistas un gobierno conjunto de transición. Gobernaron incluso con la presencia “ausente” del Ejército Rojo de Polonia. Se solía comparar la transición polaca con la española por sus características pacíficas y no revisionistas.

La política de los gemelos polacos esta vigente e importa “limpiar de rojos”, se aplica en otras latitudes donde los “rojos” se convierten en “colonialistas” o en “ahijados del imperio”.

Así renace el control absoluto de los tres poderes del estado y de la prensa en general. Es decir, Polonia enseña al populismo de derecha y al de izquierda que lo vital es el control absoluto de la idea, es decir la opinión no puede ser divergente del poder y el poder debe retornar a las manos del “pasado”, que lo consideran siempre impoluto sin tacha ni yerros.

A Polonia le siguió Hungría y la ola de la marejada llegó a latitudes increíbles como África y América latina. Incluso se intentó aplicar en los EE. UU.

Donald Trump puso de moda dos temas de suyo importantes: “fake news” y “la verdad alternativa”. Pero, EE. UU. tiene instituciones democráticas que todavía siguen funcionando y periódicos poderosos como el New York Times o el Washington Post.  

El control de la prensa se convirtió en una política de estado. Se usan presiones económicas o se acusa de falta de pagos impositivos para provocar el cierre de diarios o simplemente se encarcela a periodistas que nunca saben la razón de la acusación o, como en la Turquía de Erdogan, los acusa de terrorismo o vinculación con grupos terroristas, Turquía es el miembro de la OTAN que más periodistas presos tiene en sus cárceles.

Las razones varían, unos dicen que el capitalismo o el neoliberalismo no tiene derecho a expresar sus ideas otros señalan lo contrario, es decir que la “nueva izquierda”, la identitaria, la feminista, la fragmentarista, tampoco tienen derecho de “infectar la mente de los jóvenes y niños”. Hay amenazas públicas de Vox contra El País de España.

Para colmo la vigencia de las redes sociales contribuye a convertir la información en reiteración adulterada por el rumor y transformar la opinión en sospecha.

¿Cómo mantener una prensa libre?

Las posibilidades son cero, siempre y cuando no se vuelva al camino de la democracia. El problema es que la democracia también está en peligro en todo el globo como resultado de la guerra de Ucrania.

La derecha gobierna Italia, Finlandia, Suecia, Grecia y muy probable que en el futuro lo haga en España y Francia.

Hay una tendencia de esas derechas europeas de retornar a la tribu y para ese “viaje” no quieren críticos.

En América latina actúa como palanca de cambio el otro populismo tienen similitudes en el viaje de retorno a la tribu y vinculan la democracia con el capitalismo. Olvidan que China es capitalista y se hacen los que no saben que Rusia tiene un capitalismo de amiguetes.

En estos años de retroceso que según algunos “ideólogos” es lo correcto, la prensa aparece prisionera, además con la desventaja de la vigencia de los medios sociales donde se puede también crear o recrear condiciones democráticas y establecer medios de opinión e información de carácter democrático, pero, no es suficiente. Sin duda hay sitios o web’s que son muy profesionales y defienden la pluralidad democrática, pero se pierden en el mare magnum cibernético.

Soy de la opinión de que la prensa debe tener una expresión escrita en papel, no importa que minoritaria, tiene derecho a existir como existe el grafiti pintarrajeado en los muros periurbanos. Para lograrlo hay que tener un grado de locura.  

La propuesta

Si el primer enemigo de la prensa libre es la financiación y el segundo el control que pretenden los gobiernos. Las Naciones Unidas (NN.UU.) deben revisar su multimillonario millonario presupuesto burocrático y su pobre presupuesto destinado a la información. Tienen radio y televisión que ofrece sus servicios y permite que los difundan en otros medios. La verdad es que pocos saben de esa existencia. Personalmente trabaje en dos oportunidades 1984 y 2004

El servicio me pareció un gasto innecesario, porque los altos cargos no le daban el valor que tenían esas oficinas de prensa. Hoy, debe ser peor.

Si las NN. UU, analizan sus presupuestos, con cantidades increíbles de gastos que tienen que ver más con la jerarquía de los que gastan que con el objetivo de las tareas, se podría ahorra millones de dólares

Esos dineros debieran servir para mantener una red de diarios y radios libres.

Una central informativa, por ejemplo, en Chile con oficinas nacionales en los países aledaños hasta Colombia y otra en Costa Rica con oficinas nacionales en Centro América, Venezuela y México.

Diarios y una poderosa central radiotelevisiva con publicidad local e internacional, pero con presupuestos salariales pagados por las NN.UU.

Al fin y al cabo, las Naciones Unidas es lo único fiable que tiene la humanidad, a pesar de los yerros y los tironeos que sufre a manos de las grandes potencias del Consejo de Seguridad.

La inspiración viene de Euronews, una cadena de noticias europea que surgió en 1991, cuando la cobertura de la guerra de Iraq puso de manifiesto la hegemonía de la CNN estadounidense. Al principio Euronews nació como un consorcio en el que participaban los servicios públicos de RTVE de España, RTV de Francia, RAI de Italia, RTP de Portugal, RTBF de Bélgica, TMC de Mónaco, YLE de Finlandia, ERT de Grecia. CYBC de Chipre y ERTU de Egipto. 

La financiación de hoy está a cargo de accionistas, todos pagan una cuota. Venta de publicidad. Cuotas del cable y del satélite. Cuotas de venta de programas.

La desaparición de Página 7 de Bolivia, un diario que publicaba mis colaboraciones en los suplementos Letra 7 e Ideas me hizo cavilar sobre la ausencia de medios que puedan ser leídos en escuela y colegios para mostrar a los niños y adolescente que hay un periodismo que contrasta, que coloca la información en su contexto y que no es vocero de nadie. Además, digo escuelas y colegios para que las generaciones de los medios sociales (Internet) aprendan a leer con profundidad, a interpretar y a analizar. Y, sepan que un diario independiente tiene una sección que se llama opinión donde están las opiniones de moros y cristianos.

El periodismo para mi ha sido y aún lo sigue siendo: Un modo de vida. Mi último reportaje será mi propio sepelio. Además, vengo del periodismo ideológico, sé lo que importa escribir cuando uno esta alineado a una tesitura ideológica, a veces se exagera, se distorsiona y también se miente, para que encaje en el esquema político ideológico.

Estoy de luto por la muerte de Página 7, uno de los cientos de diarios que desaparecen en el mundo.   

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