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Retazos para entender Bolivia en el presente

Desde el extranjero, el Movimiento al Socialismo, y en concreto, Evo Morales, han logrado con cierto éxito construir una posverdad sobre los hechos. ¿La oposición boliviana es simple y llanamente funcional o miope a la hora de comprender que el discurso político debe ir más allá de las fronteras?.

Con mucha pena y un sabor a desgracia, leo y escucho una y otra vez en diferentes medios de comunicación internacionales, pero también en un ambiente de izquierdas muy ignorante y hostil, que lo del 2019 fue un golpe de Estado contra Evo Morales. Y no sólo eso, sino un grado extremo de «analfabetismo global» sobre el fenómeno de Bolivia. ¿Cómo revertir todos los aplausos en favor de un tirano con sendas denuncias de pedofilia, narcotráfico, y corrupción, que ahora, prohijado como es del régimen dictatorial, pretende nuevamente la silla presidencial?.

En primer lugar, es necesario sentarse ante la realidad para observar el panorama actual. Ciertamente, en Bolivia y mucho más en el exterior, se malentiende esta supuesta bifurcación en dos caminos entre Luis Arce Catacora y Evo Morales Ayma. Ambos, conjuntamente la inteligencia cubana y el asesoramiento externo, han elaborado una estratagema de cara a las próximas elecciones de 2025, y lo que es peor, de cara a la historia oficial.

Sí, así es. Evo Morales quiere ser nuevamente presidente, y si no llegara a serlo, terminar sus días en la «gloria de una revolución» que sólo ha traído exilio, persecución, narcotráfico extremo, dilapidación del erario público, entre otros. Y para ello, conjuntamente con Arce Catacora, hacen hoy una tremenda y cuándo no espantosa pantomima, en el sentido de que uno es opositor y el otro oficialista. ¡Mentira!. 

Para decirlo en otros términos: no existe nada de evismos ni arcismos. Es verdad que en las bases masistas hay una pugna de intereses, pero la oligarquía del MAS tiene muy claro el panorama. La idea cubana es que Arce Catacora y Morales Ayma, se unan de cara a las elecciones próximas. Al menos en segunda vuelta, si hubiera el caso. Y para ello es preciso, mentir, cuándo no, en esta supuesta disputa.

El pueblo vota pero no elige. Solamente se vencerá a la dictadura, saliendo a las calles. Esperar una imposible victoria en las elecciones venideras, sabiendo de antemano que serán del todo fraudulentas, en primera o en segunda vuelta, nos coloca ante la historia como cobardes o gente que prefiere morir antes que esclavos vivir, como reza el himno nacional.

Obviamente, el hecho de que Morales haya perdido el poder por voluntad popular y suya propia el 2019, le dejó en un camino incierto. No solamente a él, sino a todo el programa del Estado Plurinacional. Era entonces necesario que no quede relegado en la prensa o puesto en el pasado su triste legado de sangre y muerte. Y para ello, cuenta hoy, con el embrujo de unos medios de comunicación totalmente afines a la estrategia de La Habana.

Castro, FIdel, sí, pero también Raúl, o el Che Guevara, son figuras que en Cuba no se pueden tocar. Intocables, ciertamente. Pero además con una historia oficial en la propia Cuba y una buena parte del mundo, que es absolutamente ajena a la realidad. Che Guevara, por ejemplo, fue un matón que enviaba a fusilar a sus detractores, sin pelos en la mano, ni pelos en la lengua. Fidel Castro, otro asesino, envió también al pelotón a su general más destacado, siendo él parte del tribunal que lo condenaría. 

Ya es tiempo que los opositores bolivianos, si es que así pueden llamarse, sean más «duchos» en esta batalla política, y saquen a relucir en los medios de comunicación social el pacto secreto entre Luis Arce y Evo Morales.

Pero además, hace mucha falta, continuar en la lucha por recuperar la democracia y la República de Bolivia, sin distinción de credo, origen, o de cualquier otra naturaleza. Y para ello, por supuesto, es fundamental contar con asesores bolivianos e internacionales, intelectuales, pero también y secundariamente académicos, que saquen a la luz pública estas verdades incómodas.

Me dirijo, ahora, en pocas palabras a la comunidad internacional con las siguientes palabras: en Bolivia hay una dictadura. Y por otro lado, Evo Morales y Arce Catacora, lo saben ellos y muchos otros, son cadáveres políticos por haber puesto de cabeza a todo un país, y enviar al exilio a algunos de sus hijos más predilectos.

La historia, la cuentan siempre los ganadores. Y las dictaduras, se quiera o no siempre pierden por el anhelo de libertad y justicia de la sociedad entera. Por ello también, las dictaduras, tienen siempre su trágico final. Ya vimos todo esto en la caída del Muro de Berlín, y cuando Nikita Kruschev sacó trapitos al sol del sangriento Iósif Stalin.

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