Al momento de escribir esta reflexión se están cumpliendo 17 días de un paro indefinido en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, se iniciarán en los demás departamentos del suelo boliviano paros, bloqueos y huelga de hambre promovido principalmente por los comités cívicos. Así mismo, se instaló una mesa técnica para definir con rigurosidad la fecha del censo que técnicamente y constitucionalmente se debe y puede hacer en el 2023; sin embargo, el primer mandatario nacional sin mayor explicación lo lanza para realizarlo en 2024, muchas líneas se han escrito sobre las intenciones del jefe de estado, pero ninguna se podrá corroborar sino dentro de unos años.
Partiendo de lo antes expresado, ambos lados piden y promueven en los ciudadanos apoyo y resistencia, porque son los más perjudicados por las decisiones de realizar un paro indefinido (cívicos), del otro lado bloquear y cercar al departamento que provee literalmente el 75% de lo que se consume en Bolivia; sin embargo, ambos bandos aunque hablan en nombre del pueblo, no se dan cuenta que mas que resistencia están promoviendo un desgaste de las fuerzas ciudadanas de ambas facciones en pugna, sin contar con aquellas personas que usualmente no se involucran en el partidismo político, pero estan en el medio de un desgaste que promueve de primera mano el gobierno, porque sencillamente tienen los recursos necesarios para resistir sin importarle el resto de los ciudadanos, mientras que lo que piden resistencia también tienen recursos para resistir, sin mayor preocupación que lograr sus objetivos.
Así mismo, los ciudadanos de a pie aquellos que escuchan y poco opinan de política partidista, que necesitan de las políticas públicas porque van a los hospitales, pagan facturas mensuales (que por cierto existe un paro, pero no de FACTURAS que llegan sin falta a recordar nuestras deudas), necesitan que sus hijos vayan a la escuela de manera presencial porque no tienen megas o más que un celular para varias personas; son los que sufren una resistencia desgastadora, ya que cada día se hace cuesta arriba resistir cuando no se tiene para comprar comida, no poder ir a resolver porque son pocos lo micros que trabajan, sin contar en caso de enfermarse. Todo lo anterior descrito, es una realidad que se puede palpar en los barrios y sectores populares, mientras que unos pasan horas hablando y hablando sin ponerse de acuerdo, otros estan sufriendo la resistencia desgastadora de la ruda realidad de los paros, bloqueos y cercos al departamento.
Ronald Valera es Filosofo.