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Entre la adaptación y la resistencia a la docencia online

En nuestro contexto, hasta la gestión 2019, todavía se contaba con factores que dificultaban la integración de las TIC a la educación por diferentes razones, como el conocimiento limitado de las herramientas digitales (de su existencia, de los avances tecnológicos, de sus potencialidades) y, sus modos de uso en el escenario educativo poco explorados. En efecto, los actores educativos contaban con capacidades y habilidades digitales insuficientes. Sobre todo, se apreciaba una fuerte resistencia al cambio y la no percepción de beneficios reales.

Ahora, se ha generado una transformación digital, muchos lo han catalogado como forzada o acelerada, ni que hacer. En ese sentido, la apropiación (conocimiento, formación y aplicación) de las tecnologías al ejercicio docente en las aulas virtuales universitarias es un hecho.

Es verdad que, de un día a otro, los docentes han incursionado en el sistema de educación a distancia, adaptándose —sobre la marcha— a las nuevas circunstancias y limitaciones para continuar con las actividades académicas (ANUIES). Sin embargo, no parece que el cambio de modalidad haya sido recibido de forma positiva. Todavía hay cierta resistencia para la integración plena de la educación virtual, con percepciones como:

  1. Contar con dispositivo/s (computadora de escritorio, portátil o tableta) privados y utilizarlos habitualmente para las clases virtuales, además de la conectividad a Internet domiciliario y el consumo de electricidad a diario.
  2. Hacer público los espacios específicos de la casa a desconocidos.
  3. La escuela en la sala de la casa nunca termina.
  4. Un millón de correos electrónicos para atender-> llamadas->atención personalizada, reuniones en cualquier momento y/o mensajes de todo orden.
  5. En realidad, multiplicaron por mucho las horas de trabajo docente, pues ahora se aclaran las dudas uno a uno y corrigiendo las tareas una a una.

De forma concreta, a cada inciso se puede otorgar una solución real:

  1. Antes de la pandemia, la mayoría de los docentes acudían a los salones de clase con su laptop personal (privado).
  2. Muchas plataformas virtuales educativas tienen la funcionalidad de fondo de pantalla -> fondo virtual. Es decir, se puede seleccionar alguna plantilla de imagen que cubra el espacio detrás del usuario.
  3. Cabe mencionar que la planificación y la organización de las clases virtuales, así como la estructuración del aula virtual, son imprescindibles en la educación virtual, justamente, para tener un control de la secuencia didáctica (inicio, desarrollo y cierre).
  4. Actualmente, se han estado desarrollando clases online-live (en vivo y directo). Es decir, se ejecutan clases basadas en videoconferencias en los mismos horarios de una clase presencial. En estas sesiones virtuales los actores educativos se encuentran en comunicación continua de forma sincrónica, resolviendo dudas y/o consultas.
  5. Analistas han investigado y evidenciado que para desarrollar una (1) hora de buen e-Learning requiere entre 70 y 100 horas hombre de trabajo. Eso da una magnitud del esfuerzo, y sin mencionar, todo el arsenal de competencias que demanda (ITM). No obstante, una vez que se tiene todo digitalizado, en las siguientes versiones, solo queda realizar mejoras, ajustes y/o mantener actualizado el curso y garantizar la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, el empleo de tiempo se habrá reducido en gran magnitud.

Lo cierto es que, en lugar de poner más resistencia al cambio, se aprecie el lado positivo, fortaleciendo los conocimientos de la didáctica para desarrollar clases online y continuar trabajando enel diseño y desarrollo de cursos virtuales y/o materiales multimedia de aprendizaje.

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